El control pedagógico en la literatura puede llegar a tener connotaciones morales en cuanto

INTRODUCCION

El control pedagógico en la literatura puede llegar a tener connotaciones morales en cuanto a que en nombre de la moral ciertos textos y obras literarias han sido censurados y prohibidos en diferentes países, ya sea por su contenido contrario al orden establecido o por su carácter revolucionario.

Del texto venenos y antídotos se desprende la definición de que la literatura resiste a este control ya sea dependiendo del censor que determine su utilidad así como el peligro que esta llegare a representar.

En ese orden de ideas la lectura nos demuestra que la literatura no reconoce ninguna ley, ninguna norma y ningún valor, ya que en su infinita variedad de contenidos ofrece conocimientos que pueden llegar a ser la antítesis el uno del otro ya como contenido considerado moralmente aceptable como totalmente reprochable ante los ojos de las instituciones u órdenes sociales que pretenden controlarla.

La literatura tiene el poder ya sea de crear dogmas morales como de destruirlos, cuando se pretende prohibir alguno de estos textos llamados peligrosos se incurre en el extremo de la censura ya sea con la excusa de proteger al lector de su contenido “perjudicial” como fomentar ante su prohibición el nacimiento de verdaderas obras de culto.

DESARROLLO

Los juicios morales realizados a la literatura desde el punto de vista de la moral siempre serán sesgados debido a que la literatura como tal es cultura y esta es un patrimonio el cual debe de ser administrado, preservado y fomentado en aras del desarrollo en el conocimiento de sus lectores, en este aspecto esta debe de ser despojada de ambigüedades, y cuando sea cumplido este cometido puede ser promovida sin el peligro que esta pudiera llegar a representar.

Para enfrentarse a la literatura se tienen dos posibilidades, la primera es domesticarla tal como lo menciona el autor Jorge Larrosa en este caso ejercer sobre la misma control pedagógico o fortalecerse para hacerse inmunes a su influencia.

Si en algún momento la literatura llegara a inquietar al lector esta nueva sensación deberá ser una experiencia perturbadora pero inofensiva a la vez, como en otros casos que esta deberá ser sino prohibida o controlada ser sometida a un estricto control para que sus contenidos considerados “subversivos” no lograran sus oscuros propósitos.

Existieron en la historia diferentes etapas en las cuales también se pretendió desprenderse de todo conocimiento generado por la literatura como en el caso de Descartes el cual promovía el rechazo a esta y a todas las ciencias humanas con el propósito de acceder al conocimiento y a la virtud.

En esos casos para contrarrestar los peligros que la lectura podría llegar a representar fue puesto en marcha todo un aparato sistémico con el fin de generar un bloqueo de la conciencia colectiva hacia todo lo que podría llegar a contaminarla.

Uno de los principales aspectos de control pedagógico en la literatura surge cuando una institución o “alguien” determina cuales son los libros “buenos” y cuáles son los libros “malos” como deben de leerse, interpretarse, en qué circunstancias, a qué edad y con qué precauciones deben de ser leídos según lo expone Larrosa.

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