El machismo en México. Consecuencias del machismo en México
Enviado por Emiliano Villarreal • 2 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 1.005 Palabras (5 Páginas) • 455 Visitas
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Universidad Autónoma de Nuevo León
Escuela Preparatoria N.22
Actividad Integradora
Nombre: Braulio Arturo Rodríguez Gutiérrez
Grupo: 407
Matricula: 1849939
Prof: Brenda Villareal Velez
Índice
Pagina 1: El machismo en México
Pagina 2: Explicación del machismo en México
Pagina 3: Consecuencias del machismo en México
Pagina 4: Características del machismo en México
Pagina 5: Bibliografías
Introducción
El machismo es conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a promover la negación de la mujer negándole cualquier aptitud hacia ella que serían en su inteligencia en su físico, en poder hacer cualquier cosa que pueda hacer tanto el hombre como la mujer en todos los hámbitos que son los sociales laborales. El machismo ha estado asociado a la diferenciación de tareas entre hombres y mujeres, y a la subordinación de las mujeres en muchas sociedades. En la mayor parte de todas las sociedades tradicionales, los hombres en general han tenido mayor poder y estatus que las mujeres en el ámbito doméstico limitado a esto, pero también en el de ambos en conjunto.
Desarrollo
En muchas ocasiones se ha considerado el machismo como un fenómeno inherente a la sociedad mexicana, aunqu~, como veremos más adelante, no es privativo de ella. De todas formas es un hecho mencionado con frecuencia, al que se han dedicado bastantes estudios, unas veces de carácter sociológico o antropológico, aunque otras hayan sido meras apreciaciones superficiales o subjetivas. Pero ¿qué es, en realidad, el machismo? ¿Cuál es su origen? ¿Por qué en algunas sociedades está más arraigado que en otras? Buscando la respuesta a estas preguntas, llevé a cabo una investigaciónl que, basada en procedimientos psicoanalíticos, me condujo a lo que yo estimo como las causas más profundas del origen del problema. Mi teoría inicial buscaba desentrañar las relaciones entre el complejo de Edipo resuelto de manera deficiente y el machismo. La base de las suposiciones estaba apoyada en la indudable índole neurótica del macho como sujeto portador de dos personalidades: una real (apenas visible) y otra ficticia, que usa para ocultar a la sociedad y para ocultarse a sí mismo la primera, la cual está formada por sentimientos profundos de minusvalía, autodesconfianza, temor a los demás e hipersensibilidad. Todo ello unido a una obsesión fálica, resultado de un concepto empobrecido de sí mismo, y a una inestabilidad que obliga a desatender al yo y a la realidad, muestras claras de inmadurez. Por otro lado, es evidente en la sociedad mexicana la fuerza de la figura materna, que en muchas ocasiones realiza por sí misma los dos roles, paterno y materno, con el desequilibrio que conlleva todo ello. Propiciado por la propia madre, dentro del ambiente familiar, coexisten la admiración por lo "masculino" y el desprecio por lo "femenino", la sumisión hacia la autoridad paterna (aunque no exista) y una fuerte valoración de la virginidad en las mujeres. 1 Dicha investigación fue realizada y presentada como tesis doctoral en psicología clínica, con el título de Fallo.s en la Ttsoluci6n del complejo de Edipo.. El trabajo que aqlÚ presento es un resumen muy abreviado de ella. Estas dos características del macho mexicano, su neurosis y su veneración por la figura materna, fueron las que me condujeron a rastrear el origen del fenómeno en las etapas más primitivas del desarrollo humano, descubiertas y bien descritas por Sigmund Freud. Es necesario recordar que en el primer desarrollo sexual del niño, en los primeros deseos sexuales dirigidos, de la niña hacia el padre y del niño ha~ia la madre, Freud vio la base de muchos conflictos posteriores. De la forma, positiva o negativa, en que esta primera etapa sexual se resuelva dependerá la estructura definitiva de la vida erótica del individuo. La característica masculina de este primer estadio es que el niño muestre dos tipos de enlace: uno, sexual, hacia la madre, y otro, de identificación, hacia el padre. Esta situación, que es normal como etapa de desarrollo, debe evolucionar y tener una solución: el niño debe abandonar a la madre como objeto erótico y transformarlo en cariñoso y debe intensificar su identificación con el padre. Si no sucede así, como ocurre con frecuencia, el complejo de Edipo no se habrá resuelto y producirá conflictos posteriores. Los primeros conflictos se harán visibles en la adolescencia y se manifestarán como una disociación de tendencias causadas por el temor reprimido al incesto: unas tiernas o sentimentales, por medio de las cuales el joven se·sentirá atraído por mujeres a las que respeta, pero que no provocan sus instintos sexuales, y otras, claramente sexuales, dirigidas hacia mujeres que no ama y que incluso desprecia. En los adultos neuróticos que Freud observó analíticamente encontró rastros claros de un complejo de Edipo todavía existente, que se manifestaba en forma de odio hacia el padre y amor hacia la madre, a la cual dirigían en realidad sus deseos sexuales exclusivos. El resultado de todo ello era, como ya se había mostrado en la adolescencia, una disociación de tendencias. La vida erótica dividida en dos direcciones: el amor divino yel amor terreno O animal. El que ama a una mujer no la desea, y si la desea no puede amarla. Por lotanto busca objetos a los que no necesite amar, con el fin de mantener alejada su sensualidad de los objetos amados. Para protegerse de esta disociación, degrada psíquicamente el objeto sexual, dejando para el objeto incestuoso la supervaloración que corresponde normalmente al objeto sexual. Las consecuencias de esta situación se reflejan en una vida sexual poco refinada, puesto que sólo es posible el placer a través de un objeto sexual rebajado y desestimado. El hombre siente coartada su actividad sexual por respeto a su esposa, y sólo desarrolla su plena potencia con objetos degradados, con mujeres a las que considera inferiores, a las que desprecia y de las que ignora circunstancias vitales. Sin embargo, estos objetos sustitutos degradados nunca proporcionan una satisfacción duradera, y de ahí la inconstancia en las relaciones, los cambios constantes de pareja, la "necesidad de estímulos", tan frecuente en algunos adultos.! Ésta sería la estructura profunda del macho.
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