El perfume - resumen
Enviado por marianavan • 9 de Noviembre de 2015 • Resumen • 409 Palabras (2 Páginas) • 237 Visitas
Perfume
Comenzaba a despedirse el otoño en Buenos Aires.
Las ventanas brotaban, estaban tan empañadas que era imposible advertir el paisaje de afuera. Era la hora en la que los granaderos comenzaban con el ritual del izamiento de la bandera en la Plaza San Martín.
Apenas iniciado el break no pudo pasar por desapercibida la avalancha de las mujeres hacia el baño. Era algo habitual, una costumbre de la planta permanente. El chismerío en el toilet era un hábito. Todas las mujeres del piso acudían a cada “reunión sanitaria”, menos dos de las empleadas. Ella, con su abundante cabellera pelirroja y un lunar como marca de belleza en su rostro no paraba de abrir y cerrar sus cajones. Parecía nerviosa. Cada vez que acomodaba algo en su escritorio no dejaba de ponerse un toque de alcohol en gel en sus manos. Su nombre: Jazmín.
La otra mujer, rubia de ojos verdes penetrantes, volvía de la máquina de café con dos vasos. Uno para cada una. Traía consigo en su blazer color vino tinto unos sobres de edulcorante.
-¿Hoy querés un poco de azúcar? -Preguntó la rubia-. No es azúcar en sí pero deberías tomar un poco de dulce. Te veo muy pálida.
-No gracias. -dijo Jazmín sin alzar la mirada hacia Carolina. Sabés que siempre tomo amargo el café. Sabes que me gusta solo, sin nada. Y además, sabés porque me veo así. Vos estás al tanto de lo que nos sucede. Vos también sos protagonista del hecho.
-Aún no lo superás.-dijo en tono de reproche Carolina.
- ¿Creés que es fácil? No es nada normal lo que ha pasado. Nada habitual. Mejor dame el azúcar.
-Tomá. Sacó un sobrecito de su bolsillo.
-Sé que no es fácil. Pero la vida continúa. No podés andar por la vida sintiendo una culpa permanente. Con ese ánimo vivís delatándote vos misma…
-Para vos será así. Ojalá tuviera tu temperamento frio, extremadamente inconmovible.
-Jazmín sabés que he sido así desde que ese hdp me…
-¡Basta! No sigás. Eso ya pasó. La rubia se levantó de su silla y se acercó a Carolina.
Carolina entre lágrimas dijo: - No quiero que a vos te pase nada similar. Si todavía queda algo delicado dentro de mi alma es por vos, porque has motivado a mi corazón.
Que aquellas llamas reflejadas en tus ojos hayan sido el desenlace de tanto sufrimiento era mi mayor anhelo. Para que volvieran a brotar tus sonrisas. Para que nuevamente volviera a perfumarse tu espíritu, mí querida Jazmín.
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