El señor apestoso - David Williams

EL SEÑOR APESTOSO

El señor apestoso es un libro escrito por David Walliams que narra la historia de una niña de 12 años de edad llamada Chloe, cuya situación familiar y emocional es muy parecida a la vida de las adolescentes actuales. Chloe de 12 años de edad pertenece a una familia que vive en Inglaterra, son cuatro integrantes: su padre empleado de una empresa de autos, su mamá dedicada al hogar y que después se incorpora al trabajo, por así decirlo, su hermana menor Anabelle de 10 años.

Chloe es una chica tímida, poco sociable, pero de gran imaginación, es de baja estatura y un poco pasadita de peso esa apariencia la hace sentirse fea o siente que no encaja con el resto de sus compañeras de clase, quién se siente sola a pesar de tener una hermana. Anabelle se siente superior por ser la consentida de mamá y siempre está acusándola y molestándola. Por eso no hay una bonita relación. La señora Mendrugo, ese es su apellido, es una madre muy estricta, exigente y demasiado moralista; no les permitía errores pensando, que así sus hijas lograrían ser mejores que su padre. A la señora Mendrugo le gustaba aparentar que pertenecía a una clase social alta. El señor Mendrugo era muy diferente a su esposa, él era más flexible y comprensivo, sobre todo con Chloe aunque siempre demostraba debilidad de carácter ante su mujer y terminaba haciendo lo que ella mandaba.

La historia comienza cuando Chloe descubre que ha llegado al barrio un hombre al que todos apodaron el señor apestoso. Este sentó en un banco desde el primer día que llegó y así fue todos los días. Los vecinos lo miraban con indiferencia y algunos lo trataban con amabilidad dejándole unas monedas a sus pies. El apodo de “señor apestoso” fue porque como todo indigente que parecía no tener donde vivir y pues mucho menos donde asearse, su olor era muy intenso a mugre y desagradable, su apariencia sucia daba asco.

Además “el señor apestoso” llevaba consigo una perrita a la que llamaba “Duquesa” y claro estaba igual de sucia que él. Chloe sintió mucha curiosidad por él desde que llegó al barrió, todos los días pasaba por delante de él en el coche de sus padres de camino a su escuela privada para niñas fresas, empezó a imaginar muchas historias sobre el pasado de este personaje. Movida por esa gran curiosidad por conocer más de él un día se atrevió a pararse frente al él para charlar un poco, claro a una distancia prudente y respirando por la boca para que el señor apestoso no se diera cuenta de lagran fetidez que desprendía y no lo hiciera sentir mal. Chloe se fue acercando cuidadosamente temiendo que en algún momento pasara su madre y la cachara hablando con la “ gentuza “ como solía decir su madre, aunque Chloe no consideraba al señor apestoso una “ gentuza” si no un hombre que seguramente tenía una historia muy interesante que contar y si había algo que le gustaba a Chloe eran las historias.

Cuando comenzó a platicar con él se dio cuenta de que era una persona muy amable y que por sus modales no parecía ser un indigente como todos los demás y mucho menos por los cubiertos de plata que Chloe pudo observar que cargaba en su bolsillo que incluso llevaban grabadas unas pequeñas letras en la parte superior de cada cubierto.

Después Chloe estiro la mano donde llevaba cinco libras diciéndole que su tía se las había dado para que se comprara un regalo de navidad pero ella decía que no ocupaba ni quería nada así que prefería dárselas, el señor apestoso sonrió, se veía convencido y decidido a tomarlas y luego miro hacia el suelo y después de un rato le contesto a Chloe que era muy generoso de su parte pero que no las tomaría. Chloe confundida trato de cambiar de tema y le pregunto al señor apestoso que porque vivía en un banco y no en una casa normal como ella, el señor pareció un poco incomodo y le dijo que era una larga historia y tal vez otro día se la contaría, Chloe se sintió decepcionada ya que no creía que fuera a haber algún “ otro día “ porque si su madre se llegara a enterar de que estuvo hablando con un vagabundo estaría más que furiosa. Después le pidió perdón por haberlo incomodado y despidiéndose de él, se alejo unos pasos y al dar la vuelta el señor apestoso le dijo que era eso que llevaba en la espalda la cual era una hoja de papel que llevaba escrito : ¡INADAPTADA! Chloe sintió demasiada vergüenza. Rosamund debió haberle pegado ese papel al salir de clase pensó ella; Rosamund era la líder de la bandita de las chicas populares de la escuela. Siempre estaba metiéndose con Chole porque comía mucho o por ser la más pobre de las demás alumnas o por no ser la mejor en deportes. Chloe sintió como se le llenaban los ojos de lagrimas así que aparto la cara , entonces el señor apestoso le pregunto que le pasaba, ella se sorbió un poco la nariz y dijo bueno… al fin y al cabo es verdad eso soy!. El señor apestoso con voz fuerte le dijo que NO! Que eso no era cierto y le dijo que la verdadera inadaptada era la que le había pegado ese papel en la espalda. Chole intentó creerle pero no pudo pues le resultaba difícil creerlo. El señor apestoso le dijo que solo había un lugar para ese papel así que lo arrugó y como si fuese un gran jugador de criquet profesional lo lanzó al bote de basura con una gran puntería. Él le dijo que no podía dejar que unos sinvergüenzas le arruinaran la vida.

Lo intentare dijo ella, encantada de conocerlo señor… mmm…

Todo mundo lo llamaba señor apestoso pero ella no sabía si él estaba al tanto de esto y le parecía grosero decírselo a la cara, apestoso dijo él, así me llaman todos. Igualmente encantado de conocerte joven Chloe, ella le dijo que tal vez saldría de compras que si hubiese algo que el necesitara, él le comentó que le encantarían unas buenas salchichas.

Era sábado por la noche y la familia Mendrugo estaba sentada en la mesa del comedor cenando, perdiéndose de los fabulosos programas de televisión, la señora Mendrugo les tenía prohibido comer y ver la tele al mismo tiempo porque decía que era de lo más vulgar. Así la familia comía en medio de un silencio desolador. Siempre que se hablaba de algo en la cena tenía que ser entorno a desatar un debate que giraba sobre lo que haría su madre si ella gobernara el país. Su madre estaba muy obsesionada con tener mucha clase”

En la planta baja había un baño que nadie usaba porque estaba reservado para los invitados que solo eran muy importantes, en el aparador había una vajilla de porcelana que también estaba reservada para lo mismo. Su madre nunca salía de la casa ni siquiera a contestar el timbre si no estaba elegantemente vestida con sus perlas adoradas pegadas al cuello y su pelo muy peinado, pero más tieso que un ajo. El señor

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