El sustantivo
Enviado por jorge eagle • 25 de Enero de 2020 • Apuntes • 1.219 Palabras (5 Páginas) • 159 Visitas
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Curso de redacción a distancia
EL SUSTANTIVO
Cuando hablamos enviamos mensajes. Con ellos se dice siempre algo de alguna persona, de un animal o de una cosa. Y, naturalmente, se designan tales entidades con un nombre; se llama sustantivo. Entonces, el sustantivo es el centro del mensaje que se envía cuando nosotros hablamos.
¿Cómo identificarlos? Fácilmente. Basta poner atención en las oraciones gramaticales cuando nombramos lo ya dicho: personas, animales o cosas. Veamos:
- «Es imposible la convivencia si no hay tolerancia».
- «Este curso de español apenas comienza».
- «Los caballos y otros animales también son inteligentes».
- «Aquella casa me parece muy linda».
Es válido advertir que los sustantivos deben escogerse muy bien a la hora de utilizarse. Hay una gran variedad de ellos que parecieran tener relación mutua, pero cada uno significa un concepto preciso. Por ejemplo, no es lo mismo profesor que catedrático, maestro, instructor o docente; tampoco es igual caballo que jamelgo, mulo o rocín; ni se puede indicar que significan lo mismo solidaridad y cohabitación. Y así, por ese mismo estilo, hay muchas otras palabras que nos podrían confundir si no conocemos su significado preciso. Cuando nos asalten las dudas, lo mejor es acudir al diccionario; allí está la fuente de conocimiento que necesitamos.
LA FORMA
El sustantivo está formado por una raíz (lexema), que contiene el significado semántico de la palabra; y por un morfema (desinencia) que informa sobre el género y el número (masculino o femenino; singular o plural) del sustantivo.
Además, el sustantivo puede contener otros morfemas, llamados prefijos y sufijos, con los cuales se forman palabras derivadas.
GÉNERO DEL SUSTANTIVO
El sustantivo tiene dos particularidades: puede ser de género masculino, o puede ser de género femenino. No hay que confundir jamás ‘género’ con ‘sexo’, pese a que en apariencia se parezcan. Un asunto es la gramática, y otro, bien distinto, es la anatomía humana. Los sustantivos tienen género, y los seres humanos tenemos sexo (tampoco confundirlo con acto sexual, coito o cópula).
Generalmente, sabemos que el masculino se aplica a los hombres y a los animales machos, mientras que el femenino es aplicado a las mujeres y a los animales hembras, aunque no siempre. Ocasionalmente, sucede al revés con los humanos. Veámoslo:
- «Anacleto es una bella persona».
- «María Fernanda es miembro de la Asociación de Lingüistas».
- «Juana fue testigo de aquel accidente».
Con respecto a los animales, tampoco su sexo es relevante siempre. Veamos por qué:
- «Ese jilguero que trajiste la semana pasada puso un huevo ayer». (Eso indica que se trata de una hembra, porque los machos no ponen huevos).
- «Esas dos tortugas de allá se están apareando». (Es indudable que una de ellas es macho).
En español todos los sustantivos tienen morfema de género. Eso señala que las cosas también tienen género, aunque es obvio que una cosa no puede ser ni macho ni hembra.
Una silla es de género femenino, pero no es hembra; por lo tanto, no se puede reproducir. Es el carpintero quien puede hacer otras sillas. Eso es porque la silla no tiene sexo. En cambio, una mujer sí lo tiene. Así también un escritorio es de género masculino, pero no es macho (o varón); por consiguiente, tampoco se puede reproducir. Lo hará otro carpintero u otro especialista en hacer escritorios. En cambio, un hombre sí puede reproducir su especie porque tiene sexo (genitales).
Aunque resulte simplista, repasemos que las siguientes palabras son sustantivos femeninos:
- La pulga
- La golondrina
- La coneja
- La jirafa
Y son sustantivos masculinos:
- El perro
- El grillo
- El gorila
- El caballo
Tratándose de cosas, son masculinos:
- Un vaso
- Un globo
- Un escritorio
- Un papel.
Y son sustantivos femeninos:
- La camisa
- La mesa
- La mano
- La mujer
LA DESINENCIA
En español hay una figura denominada desinencia. Con ella se pueden marcar los casos en que hay variación de género. Veamos algunos ejemplos:
Niño/niña.
Mozo/moza.
Hijo/hija.
Gato/gata.
Burro/burra.
Con masculinos terminados en l, n, r, s y z:
Colegial/colegiala.
Patrón/patrona.
Profesor/profesora.
Pastor/pastora.
Juez/jueza.
También con palabras terminadas en los sufijos –nte y –sta. En esos casos funciona por igual para género masculino y para género femenino. Veamos:
Estudiante = el estudiante/la estudiante; un estudiante/una estudiante.
Pariente = el pariente/la pariente; un pariente/una pariente.
Periodista = el periodista/la periodista; un periodista/una periodista.
Cantante = el cantante/la cantante; un cantante/una cantante.
Amante = el amante/la amante; un amante/una amante.
Comerciante = el comerciante/la comerciante; un comerciante/una comerciante.
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