En las tradiciones latinoamericanas el maíz no es solamente un elemento vital

En las tradiciones latinoamericanas el maíz no es solamente un elemento vital, que claramente sirve como sustento, sino que sus implicaciones espirituales desde que se comienza a cultivar, según numerosos historiadores en el valle de Tehuacán. Si bien en el mito maya-quiché Popol Vuh, que se acerca al sitio de su posible origen, el maíz se trata como un elemento sagrado, en el legado de esta civilización éste debe estar constatado. La humanidad surgió gracias al maíz en tiempos de los indígenas maya. Los indígenas  asociaban al maíz como un signo de su raza, lo que los identificaba y los definía como etnia. El Popol Vuh es un relato épico basado en las narraciones míticas, históricas y legendarias de la civilización maya-quiché, que habla sobre la creación del mundo. Fue escrito en Quiche, con caracteres Latinos en 1957 y descubierto a finales de siglo XVII, recogiendo la tradición oral del pueblo maya. Esté libro sagrado cuenta cómo los dioses, después de varios intentos fallidos de barro y madera, formaron a los primeros hombres ideales de maíz. Por lo tanto, el maíz  será considerado elemento vital, dado que con este, se moldeo la figura del hombre y lo alimento desde tiempos inmemoriales.

Según lo dicho anteriormente, “De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz  entro en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados”. (2012.pg.127). A partir de esta cita, se demuestra que la cosecha de maíz de los mayas en “Popol Vuh”, es un aspecto importante, dado que esta costumbre era una de las más significativas y simbolizaba la  vida. El maíz tenía relación con la tierra en cuanto a agricultura, era amarrillo y este color representaba oro al igual que el sol, color de los dioses y por esto mismo para los arcaicos, el maíz era un fluido vital por el hecho de ser un reflejo al cielo y a lo divino. Se lograba el renacer del hombre asegurando su supervivencia. Durante la separación del caos y de los cosmos, los dioses se empeñaron por crear un hombre ideal para que poblara su tierra y cumpliera el deber de adorar a sus creadores, llegando al hombre definitivo que estaría hecho de maíz. En este fragmento del mito demuestra que el maíz es símbolo de creación y de vida, puesto que, este fue el alimento que junto a la obra de los dioses les dio vida a los humanos. Por esta razón el maíz se convierte en un alimento primordial para su economía y para ejercer diferentes rituales que repetirían el acto de los dioses que le dio origen al hombre.

A demás, por el legado cultural en el que se incluye el maíz, comienza evidentemente por la tradición culinaria. La cocina mexicana, mundialmente famosa por su picante y su variedad de sabores, utiliza el maíz en una gran variedad de platillos como los Burritos de Maíz, el Ponteduro originario de Nuevo León, el Pipián (con el que se elaboran empanadas y otros platos), las tortillas de maíz (conocidas por ser base de los diversos envueltos mexicanos), e incluso a la sopa de tortilla mexicana se le adiciona maíz. Esto no sucede únicamente en México, sino también en Colombia en donde el cultivo de maíz continúa y es esencial en las mesas de los campesinos, que lo llevan también a las diferentes ciudades de Colombia, y que además tiene su propia celebración: Las Fiestas del Maíz en Sonsón, Antioquia. En Perú, casa del Imperio Inca, las variedades de maíz son múltiples y esto trae consigo que la bebida característica peruana la “Chicha Morada” sea elaborada con este grano. Los países hispanoamericanos en los que gracias a la tradición indígena y la fertilidad de las tierras en las que se encuentran, cultivan y/o consumen maíz, son unidos por aquella fuente de vida que los diferencia en términos de tradiciones culinarias, musicales, festivas, religiosas, entre otras, de los otros continentes del mundo. Es uno de los frutos de la tierra que unifica a la cultura de Latinoamérica.

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