Ensayo Lenguaje Ciudadano
Enviado por elymoxa • 14 de Julio de 2014 • 1.329 Palabras (6 Páginas) • 427 Visitas
Como trabajo final del curso de…, nos dieron dos alternativas: escribir un ensayo sobre “Lenguaje Ciudadano” o bien, sobre un “oficio”. Decidí hacerlo sobre Lenguaje Ciudadano ya que, por un lado ignoraba por completo a qué se refería el tema y me provocó cierta inquietud y, por otro, sin saber exactamente el motivo, lo pensé un tema ad hoc al curso.
¿Por dónde empezar? fue la primera cuestión que me invadió; ¿qué será exactamente eso de lenguaje ciudadano y para qué sirve? fueron las siguientes interrogantes. Encontré poca información en la web e impresa. Finalmente, localicé un manual que trata el tema. Entonces, mis dudas comenzaron a disiparse ya que entendí dicho concepto: “El Lenguaje Ciudadano busca el uso de un lenguaje simple, claro y directo que permite a los lectores concentrarse en el mensaje que quiere transmitir la institución que lo emite y comprenderlo de manera efectiva. La utilización de un lenguaje ciudadano en toda comunicación gubernamental ya sea oral o escrita fomenta la transparencia y la eficacia de las instituciones”.
Cuestión que me pareció no sólo importante sino realmente complicada ya que, a mi mente llegaron una serie de situaciones en las que me encontré, como barco naufragando, en medio de una dependencia gubernamental. Nadie tenía la información que requería, y por los pasillos, había todo tipo de hojas pegadas en la pared, de diferente tamaño con “información” ¿para quién? Unos tenían como título: convocatoria, otro, talleres, y así, pase casi por todos, pero en ninguno se leía nada parecido a lo que necesitaba. Después, en cada una de ellas, un largo texto que llenaba la hoja con letra diminuta y palabras desconocidas para mí. Salí frustrada y sintiéndome hasta culpable por mi “incapacidad” para encontrar la información que buscaba.
Después recordé todos aquellos documentos que pasan por mi escritorio: desde un simple documento para comprobación de gastos, hasta contratos laborales. Recordé también algunos de los muchos que he redactado y, sin importar el destinatario, mi manera de escribir siempre es la misma. En la empresa, ya todo documento tiene un formato, un perfil, un mismo estilo. ¿Qué pasaría entonces, si de pronto, la compañía decidiera cambiarlo?, si de pronto, y a diferencia de la situación gubernamental, se nos insistiera en que debemos de redactar haciendo uso de verbos y palabras complicadas como por ejemplo eximio, en vez de excelente.
Entonces me vino otra duda, ¿de dónde surge la idea de un lenguaje ciudadano? ¿Será que de pronto un gobernante o alto funcionario leyó un texto incomprensible, rebuscado, hecho dentro de su misma institución? ¿Fue, paradójicamente, “víctima” de esa falta de tacto que ha caracterizado al Gobierno y sus instituciones para con el ciudadano en relación a la información que exponen?
En el manual vuelvo a encontrar respuesta. El país precursor en incorporar principios de lenguaje claro y sencillo en su legislación es Canadá, en el año de 1971. A este esfuerzo, se sumaron sectores como el financiero, compañías de seguros y casas de cambio.
Posteriormente, en el año 1976, Suecia se integra a dicho cambio cuando “el Gobierno Sueco contrató a un experto en lingüística para organizar una modernización sistemática del lenguaje en documentos gubernamentales como leyes, decretos y documentos normativos” . Y a esto, le continúan países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, España y el más reciente, México (2004).
En todos los casos, los gobernantes o consejeros se dieron cuenta de la importancia que tiene re-hacer un modelo de comunicación; uno al que, según el destinatario, hubiera verdadera comprensión, captación de ideas, comunicación. Un lenguaje que además, e independientemente a quien se dirija, tenga la sencillez y la claridad para ser recibido. Es decir, donde el mensaje sea comprendido por cualquiera, pero tener la virtud de no ser dirigido a cualquiera. Conocer perfectamente nuestro destinatario, saber proporcionar la información necesaria, imprescindible.
Tarea nada fácil de lograr, pero de consolidarse, el gobierno tendría mayor posibilidad de ser entendido por los ciudadanos y éstos a su vez, mayor posibilidad
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