Ensayo literario "la muerte y la doncella"
Enviado por fernandajarita • 18 de Junio de 2020 • Ensayo • 1.514 Palabras (7 Páginas) • 333 Visitas
Una obra literaria es la unión de la experiencia personal de un escritor o escritora con el contexto social en la que es concebida, presentándonos elementos ideológicos y sociales de la época, por lo que la literatura y la sociedad están rigurosamente relacionadas. Esto se explica con la influencia que tiene una en la otra, es por esto que la literatura puede referirse “tanto a lo que la gente hace con lo escrito como lo que lo escrito hace con la gente”.1
La literatura en el siglo XX ha tenido un gran protagonismo como medio de expresión e influencia, rompiendo con los elementos tradicionales y presentando temáticas nuevas para la sociedad, como lo es la jerarquía entre los géneros. Es el caso de la obra “La muerte y la doncella”, de Ariel Dorfman, publicada en el año 1992, la cual nos relata situaciones vividas por la población chilena luego de un periodo tortuoso; la dictadura, que abarcó desde el año 1973 al año 1990, que a su vez bla bla bla
En la obra el escritor no solo expone ...los temas de la tortura, de la justicia, de los miedos y los modos de sanar de una comunidad, sino que se encuentran aquí́ sobre todo aquellos temas que me han obsesionado en mis novelas, cuentos, poemas y ensayos anteriores. En toda mi ficción, por ejemplo, estoy obsesionado por imaginar el mundo que emerge cuando una mujer toma el poder. Dorfman nos presenta el encuentro de tres personajes y cómo se desenvuelven en una situación en la que no están definidos los márgenes de la justicia, ofreciéndonos perspectivas diferentes en cuanto a la disparidad evidente entre las fuerzas en pugna.
La muerte y la doncella nos muestra cómo se desarrollan sus personajes luego de encontrarse; Paulina Salas, una mujer víctima de abusos durante la dictadura de Chile, esposa de Gerardo Escobar; un abogado que pronto sería parte en la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. Por otra parte, Roberto Miranda, un médico que Paulina reconoce como su antiguo torturador, quien es secuestrado y enjuiciado por ella, presentándonos en el transcurso de la obra un metafórico juicio para alcanzar la justicia, en el cual ejercer el control de la situación es inevitable para que evolucione la protagonista, a medida que se desarrolla la historia.
Al comienzo de la obra, Paulina, se presenta insegura y marginada de los roles tradicionales de una mujer, demostrando debilidad y desconfianza en ella, su marido e incluso su hogar. Esto se ejemplifica con su reacción al escuchar un auto acercarse a casa mientras ella espera a su marido para cenar, ya que inmediatamente se esconde con un revólver y permanece así a pesar de identificar en el conductor a Gerardo. La relación matrimonial que llevan ambos se muestra tensa y fría desde el principio, lo que se observa cuando Gerardo regaña a Paulina por no parchar el repuesto del neumático, motivo por el que llega tarde a cenar, a lo que ella responde “La mujer. Siempre la mujer. Parcharlo te toca a ti”. Esto afirma que ella conoce su posición en la jerarquía de género, que es obedecer a su marido, no obstante se opone a seguirla lo que demuestra su descontento con el rol que ha asumido en su relación. La discusión se intensifica aún más mientras su marido le comenta que fue nombrado miembro de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, creada para investigar casos de muerte durante la dictadura. Paulina le responde con un comentario que refiere a la inferioridad de su género, reconoce que es minimizada por ser mujer y además por haber sido víctima de una tortura.
Paulina: Es el único sí que tengo.
Gerardo: Yo te he escuchado otros. (Breve pausa.) En el caso de que acepte, tengo que saber que cuento contigo, que no sientes que esto puede crearte ningún tipo de... No sé, podría ser duro para ti tener que... Una recaída tuya me dejaría...
Paulina: Vulnerable. Paralizado. Tendrías que cuidarme de nuevo, ¿no?
Sin embargo, luego de que Roberto se presente en su casa para ayudar a Gerardo, el comportamiento de nuestra protagonista cambia radicalmente. Paulina secuestra a quien reconoce como su torturador para que éste confiese lo que le hizo, ahora ella controla la situación, se muestra decidida y autoritaria, mientras Roberto se encuentra amarrado sin poder hablar. Los papeles se han invertido; quien una vez fue víctima ahora toma posición dominante. Paulina para corroborar su poder frente a su esposo le amenaza con su revólver restableciendo el orden jerárquico entre ella y él, quien insiste en liberar a quien la
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