Español 1 Actividad Integradora

Actividad Integradora

Español I

Fecha de entrega: (21) 22 de noviembre de 2013

Nombre: Kristen Kineret Garza Cazares

Matrícula: 1659974

Grupo: 111

Libro: La vuelta al mundo en 80 días

Autor: Julio Verne

Foto de la portada del libro (1 punto).

Resumen de algún capítulo del libro que compró en la FIL. Añadir nombre o número del capítulo (3 puntos).

Temas que toca el libro adquirido para presentarlo como debate, añadiendo sus pros y sus contras (tres por cada lado) (2 puntos).

Elegir un personaje del libro y realizar una descripción tanto física como moral. Añadir si el personaje actuó bien o mal en la historia que cuenta el libro (2 puntos).

10 oraciones, 5 simples y 5 compuestas, encontradas en el libro (2 puntos).

Tipología textual. ¿Libro científico, literario, informativo, de divulgación? (1 punto).

Un párrafo del libro con construcción sintáctica y uno con construcción lógica (1 punto).

Recordar que la actividad integradora equivale al 12% de la calificación.

El plagio será penalizado. No realice copias de Internet y/o compañeros.

El trabajo se enviará al correo electrónico: puella.jess@gmail.com en la fecha señalada (21 de noviembre para el grupo 106, 22 de noviembre para los grupos 111, 112 y 114).

No se recibirán trabajos extemporáneos por ningún motivo.

Los puntos quedan a consideración del docente, según su esfuerzo y dedicación en el trabajo señalado.

Tomar esta hoja como portada de trabajo. Añadir datos.

I. Foto de la portada del libro (1 punto).

II. Resumen de algún capítulo del libro que compró en la FIL. Añadir nombre o número del capítulo (3 puntos).

Capítulo XIII

El intento era atrevido, lleno de dificultades, impracticable quizá. Mister Fogg iba a arriesgar su vida o al menos su libertad, y por consiguiente el éxito de sus proyectos, pero no vaciló.

En cuanto al Picaporte, estaba preparado y se podía disponer de el. La idea de su amo lo exaltaba. Lo sentía con alma y corazón bajo aquella corteza de hielo, y le iba concibiendo cariño.

Quedaba el guía. ¿Qué partido tomaría en el asunto? ¿No estaría inclinado a favor de los indios?.

Este valiente indio expuso entonces algunos por menores sobre la victima. Era una india de celebre belleza y de raza parsi, hija de ricos comerciantes de Bombay.

Huérfana, fue casada a pesar suyo con ese viejo raja de bundelkund. Tres meses después enviudo, y sabiendo la suerte que le esperaba se escapo, pero fue alcanzada en su fuga, y los parientes del raja, que tenían interés en su muerte, la condenaron a este suplicio, del cual era difícil que escapara.

Mister Fogg y sus compañeros aguardaron la noche, y tan luego como llego la oscuridad hacia las seis de la tarde, resolvieron verificar un reconocimiento alrededor de la pagoda.

El parsi, guiando a Mister Fogg, a sir Francis Cromarty y a Picaporte, se adelanto sin hacer ruido a través del bosque.

El silencio solo estaba interrumpido por el murmullo del viento de las ramas.

En el fondo entre las masas de los arboles, se alzaba confusamente el templo de pillaji; pero, con gran despecho de parte del guía, los guardias del raja alumbrados por antorchas fuliginosas, vigilaban la puerta, paseándose sable en mano. Podía suponerse que en el interior los sacerdotes estarían velando también.

Phileas Fogg y sus compañero se recostaron, pues, al pie de un árbol esperaron.

Después de otra conversación, el guía estuvo dispuesto a marchar. Mister Fogg, Sir Francis y Picaporte lo siguieron. Dieron una vuelta bastante larga a fin de alcanzar la pagoda por atrás.

Pero no gastaba haber llegado al pie de las murallas, si no que era preciso practicar un boquete y para esta operación Phileas Fogg y sus compañeros no tenían otras cosas mas que navajas. Una vez quitado el primer ladrillo, los otros seguirían con facilidad.

El trabajo adelantaba, cuando se oyó un grito dentro del templo, y casi al punto le respondieron desde afuera otros gritos.

Pero, ¡Contratiempo funesto! Aparecieron unos guardias al otro lado de la pagoda, instalándose allí para impedir la aproximación.

Difícil seria escribir el despecho de aquellos cuatro hombres interrumpidos en su tarea. El impasible Fogg aguardaba sin expresar sus sentimientos.

Sin embargo sir Francis consistió esperar hasta el desenlace de tan terrible escena.

Entre tanto, Picaporte, sentado sobre las primeras ramas de un árbol, estaba rumiando una idea que primeramente había cruzado por su mente como un relámpago, y se acabo por incrustarse en

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