FABULAS.
Enviado por joral • 18 de Mayo de 2013 • Tesis • 383 Palabras (2 Páginas) • 328 Visitas
LA GALLINA
DE LOS
HUEVOS DE ORO
Un hombre tenía una gallina que todos los días ponía un huevo de oro. Como era ambicioso empezó a pensar en que el animal debía tener en su interior una gran barra de oro. Entonces decidió matarla para sacar la barra y se encontró con que la gallina era exactamente igual a todas las de su especie.
Por alcanzar de una vez toda la riqueza perdió inclusive lo poco que tenía.
Debemos contentarnos con los bienes que poseemos y no codiciar insaciablemente riquezas imposibles.
Cuando mayor es la fortuna, es menos segura.
Quien todo lo quiere, todo lo pierde.
Nos enseña el valor de la HUMILDAD, LA PRUDENCIA
3
LOS CAMINANTES
Y EL OSO
Dos amigos marchaban juntos por un mismo camino. De pronto se les apareció un oso. Uno se subió en seguida a un árbol, ocultándose muy bien. El otro, menos ágil, sólo pudo tirarse al suelo y contener la respiración para fingirse muerto. El oso se le acercó y lo olió por todas partes, abandonándolo luego, convencido de que se trataba de un cadáver.
Amigo que no da pan y cuchillo que no corta, aunque se pierda no importa.
Nos enseña el valor de la AMISTAD.
Cuando el animal estuvo bien lejos, el hombre que había estado escondido en el árbol bajó y le preguntó a su amigo qué le había dicho el oso.
–Que en adelante no vaya jamás con amigos que me dejen solo ante el peligro.
A los verdaderos amigos se los reconoce en los momentos de desgracia.
4
EL CABALLO
Y EL ASNO
Un hombre tenía un asno y un caballo. Cierta vez iba con sus dos animales y durante el camino el asno le dijo al caballo:
–Si en algo valoras mi vida hazte cargo de una parte del peso que llevo.
El caballo se hizo el sordo y el asno, vencido por la fatiga se desplomó, muriendo al instante.
El dueño levantó toda la carga y la puso encima del caballo, añadiendo además la piel del asno, pues deseaba conservarla.
El caballo, agobiado por el peso, se lamentaba: –¡Qué poca suerte! No quise cargar con una
parte y ahora me toca llevarlo todo, inclusive la piel del asno.
Cuando los grandes aceptan compartir con los pequeños las dificultades, éstas se hacen más soportables para ambos
Al último siempre le muerde el perro.
Nos enseña el valor de la SOLIDARIDAD.
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