FRAGMENTACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA EN LA ESTÉTICA NARRATIVA

FRAGMENTACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA EN LA ESTÉTICA NARRATIVA

La línea que divide la ficción de lo no ficcionario se torna más delgada cuando se ha puesto en juego la memoria histórica de un espacio determinado, más aun cuando se trata de una República que ha sido expuesta a violentos hitos que fisuran su historia y sus legados culturales. El Chile de 1973, por el impacto del sometimiento a una dictadura, se sitúa como una brecha de renovación de la narrativa, en cuanto la muerte de los antecedentes literarios –a causa de la censura – dan cabida al surgimiento de una nueva. De este modo, es posible pensar en un renacer donde las obras serán reflejo del vacío y la ambigüedad de identidad, como también de memoria histórica, a la que se enfrenta la nueva producción literaria. En un aspecto más evidente, también se piensa en un reflejo del impacto de la dictadura en la necesidad de expresión que propiciará la literatura. Una de las características estéticas como tópico de las obras será la fragmentación de la memoria histórica, rasgo que será tomado como objeto de análisis del presente ensayo. En este sentido, Estrella distante de Roberto Bolaño retrata dicha fragmentación de la memoria histórica a partir de la pluralidad de voces que intentan reconstruir una imagen global; mientras que la figura de Wieder puede ser análoga a la noción de dicha memoria por su ambigüedad. Por otra parte, La muerte y doncella de Ariel Dorfman, retrata una narración donde la memoria de Paulina alcanza una fragmentación que oscila en un plano temporal, entre pasado y presente. El objetivo que subyace a las siguientes líneas será analizar la fragmentación de la memoria histórica en ambas obras, establecer comparaciones en la forma de abordar dicho tópico y, finalmente, describir algunos rasgos estéticos de la técnica narrativa que se utiliza para su despliegue en la ficción.

Como señala Carolina Ramírez, en su artículo Trauma, memoria y olvido en un espacio ficcional, una lectura a estrella distante, en la obra se ve reflejada la “construcción de un discurso narrativo que apunta a la revisión crítica del pasado chileno; en particular, el pasado reciente: la dictadura militar”. Según sostiene la autora, Estrella distante actúa como un posible espacio de superación, a nivel discursivo, de un trauma colectivo (Ramírez, Trauma, 1). De esta manera, Estrella distante presenta una estética que retrata la historia a partir de una forma que responde al género de novela policial, en la medida en que se aspira al descubrimiento de un hecho a partir de testigos parciales en donde el crimen es más bien de carácter estético. No obstante, en un plano de lectura de mayor profundización es plausible concebir la idea de un conocimiento perdido; conocimiento que no es otro que la memoria histórica del Chile en dictadura. Esta noción se sustenta en la diferencia de perspectivas que sesgan la construcción objetiva del periodo en contemplación, siguiendo las ideas de Nietzsche, es posible distinguir entre un “ser histórico” y un “ser no histórico”. El primero de ellos es capaz de desenterrar los secretos del pasado a través de la memoria, mientras que el segundo, se sumerge en el olvido y no es capaz de rememorar el pasado. Resulta entonces un asunto perentorio, casi como una necesidad, el intento de revelación de la verdad, como la memoria perdida de estos sujetos que carecen de historia. Esta memoria, es retratada por Bolaño a partir de una fragmentación, manifestada por la pluralidad de relatos que expone a partir de los personajes de la novela. Cabe destacar, en este punto, que todos los personajes comparten un rasgo en común; la ambigüedad con que recuerdan los episodios del pasado, tal como se advierte en el siguiente pasaje de la obra: “Recuerdo haber visto trozos de esa lejana guerra en bares de Barcelona en donde comía o a donde entraba a beber, pero aunque la gente miraba la tele el ruido de las conversaciones o del entrechocar de platos que iban y venían impedía escuchar nada. Incluso las imágenes que guardo en la memoria (las imágenes que tomaron esos corresponsales de guerra) son brumosas y fragmentadas. (33)

El personaje narrador, se enfrenta a la fragmentación y la desafía en un intento de reconstrucción. Si bien a pesar de que todas las voces que refieren a la historia, lo hacen con incerteza, en él se advierte la noción de que la suma de las partes fragmentadas reconstruyen el todo: “A veces, cuando pienso en Stein y en Soto no puedo evitar pensar también en Lorenzo. A veces creo que Lorenzo fue mejor poeta que Stein y Soto. Pero usualmente cuando pienso en ellos los veo juntos.” (40)

Sin embargo, surge en esta doble narración, la figura de Wieder en tanto alegoría de la memoria histórica fragmentada (retratada en una ambigua identidad doble), imprecisa, desaparecida –más tarde – y aniquilada sin mayores huellas en un final (si se piensa desde las secuelas borradas en periodo post dictadura). La figura del personaje, más allá de representar el fascismo que la crítica ha escrutado con prolija y múltiple interpretación, retrata el desvanecimiento de un momento histórico, como se aprecia en el episodio que sigue: “Y en efecto, Bibiano, que se ríe a sus anchas de los torturadores argentinos o brasileños, cuando enfrenta a Wieder se agarrota, adjetiva sin ton ni son, abusa de las coprolalias, intenta no parpadear para que su personaje (el piloto Carlos Wieder, el autodidacta Ruiz-Tagle) no se le pierda en la línea del horizonte, pero nadie, y menos en literatura, es capaz de no parpadear durante un tiempo prolongado, y Wieder siempre se pierde.” (55)

Tal como se observa en el fragmento anterior, el personaje resulta imposible de plasmar – al menos en su totalidad y/o con objetividad – a causa de la ambigüedad que presenta su figura. Incluso, se le describe con polaridades a partir de los testimonios que refieren a su imagen (tal como se describe la historia de la dictadura): “(…) El primero, un mayor del Ejército, dice que Wieder era un hombre sensible

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