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Fabulas "La cigarra y la hormiga"


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2014  •  Informe  •  426 Palabras (2 Páginas)  •  313 Visitas

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"LA CIGARRA Y LA HORMIGA"

Cantando la Cigarra pasó el verano entero,

sin hacer provisiones. Allá para el invierno; los fríos la obligaron

a guardar el silencio y a acogerse al abrigo

de su estrecho aposento.

Viose desproveída del preciso sustento:

Sin mosca, sin gusano,

Sin trigo, sin centeno.

Habitaba la hormiga allí tabique en medio,

Y con mil expresiones de atención y respeto

La dijo: «Doña Hormiga, pues que en vuestro granero

sobran las provisiones para vuestro alimento, prestad alguna cosa

con que viva este invierno esta triste Cigarra,

que alegre en otro tiempo, nunca conoció el daño,

nunca supo temerlo.

No dudéis en prestarme; que fielmente prometo pagaros con ganancias,

por el nombre que tengo.»

La codiciosa Hormiga respondió con denuedo, ocultando a la espalda

las llaves del granero: «¡Yo prestar lo que gano

Con un trabajo inmenso! dime, pues, holgazana,

¿Qué has hecho en el buen tiempo?»

«Yo, dijo la Cigarra, a todo pasajero cantaba alegremente,

sin cesar ni un momento.»

«¡Hola! ¿Con que cantabas cuando yo andaba al remo?

Pues ahora, que yo como, baila, pese a tu cuerpo.»

"EL ÁGUILA, LA GATA Y LA JABALINA"

Una Águila anidó sobre una encina.

Al pie criaba cierta Jabalina,

y era un hueco del tronco corpulento

de una Gata y sus crías aposento.

Esta gran marrullera

sube al nido del Águila altanera,

y con fingidas lágrimas la dice:

«¡Ay mísera de mí! ¡ay infelice!

Este si que es trabajo:

La vecina que habita el cuarto bajo,

como tú misma ves, el día pasa

hozando los cimientos de la casa.

La amainará, y en viendo la traidora

por tierra a nuestros hijos, los devora.»

Después que dejó al Águila asustada,

a la cueva se baja de callada,

y dice a la cerdosa: «Buena amiga,

has de saber que la Águila enemiga,

cuando saques tus crías hacia el monte,

las ha de devorar; así disponte.»

La Gata, aparentando que temía,

se retiró a su cuarto, y no salía

sino de noche, que con maña astuta

abastecía su pequeña gruta.

La Jabalina, con tan triste nueva,

no salió de su cueva.

La Águila, en el ramaje temerosa

haciendo centinela, no reposa.

En fin, a ambas familias la hambre mata,

y de ellas hizo víveres la Gata.

Jóvenes, ojo alerta, gran cuidado;

Que un chismoso en amigo disfrazado

Con copa de amistad cubre sus trazas,

Y así causan el mal sus añagazas.

"LAS MOSCAS”

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