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Fanfic


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2013  •  Síntesis  •  1.726 Palabras (7 Páginas)  •  315 Visitas

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Capítulo 1

JAVIER... —dijo ani con aquel tono persua sivo que él conocía tan bien—. Yo... umm... bueno, tengo un pequeño problema, y temo que necesito tu ayuda.

El estómago de Javier se contrajo. Se estaba sirviendo agua . Entonces se dio la vuelta lenta mente con el vaso y la jarra en la mano. Acababa de llegar a casa después de un terrible sá bado en el trabajó, y no estaba de hu mor para uno de los «pequeños problemas» de ani.

Un sinfín de posibilidades pasaron por su mente. Le habría dado una paliza a un pobre tipo por criticar sus diseños o peor aún su música ; ani tenía un carácter MUY malo con esos asuntos .

O habría donado el dinero para los gastos de la casa a una noble causa. Nuevamente.

O... «¡Oh, no! ¡Seguro que ha traído a casa a un perro o un gato abandonado que encontró en la ca lle!», pensó él.

Eso era algo bastante normal en ella, aun sa biendo que el contrato de arrendamiento no permitía tener animales domésticos en el apartamento. Y siempre le tocaba a él llevar al maldito bicho a la Protectora de Animales, después de lo cual ani lo miraba con tanto resentimiento como si él mismo hubiera asesi nado al animal.

Miró alrededor. Sintió alivio al comprobar que stephany no escondía ningún animal en el espacioso salón. Además, ani no se pondría nerviosa por una cosa así, pensó él. En ese caso se mostraría de safiante y rebelde.

Y estaba nerviosa. Más nerviosa que nunca.

Javier volvió a sentir un nudo en el estómago.

¡Dios! ¡Esperaba que no hubiera roto su guitarra de nuevo , y quisiera que él, su mejor amigo y compañero de apartamento, le pagase una nueva ( de nuevo)!

¡Oh, no! ¡Eso no! ¡Cualquier cosa menos eso!

—¡Por el amor de Dios, ani! ¿Qué has hecho ahora? —le preguntó Javier con desesperación, fijando sus ojos cafés en la mujer a la que había amado y odiado a la vez durante los últimos dos años.

No, no habían sido 3 años, se corrigió con acritud. La había conocido en el kinder, cuando él tenía cinco años.

Él llevaba llorando toda la mañana en un rincón de la clase, y ella, una niña de escasos cuatro años, con grandes ojos marrones y una coleta con un lazo rojo, se había acercado a él, con gesto increíble mente seguro, y lo había consolado. Le había rode ado sus temblorosos hombros, y le había dicho que no se preocupara, que ella lo protegería. Ella no te nía miedo al kinder , porque su mamá era profesora en esa escuela y llevaba trabajando siglos allí.

Esa pequeña diablilla, que entonces se había disfrazado hábilmente de ángel de la guarda, le había indicado incluso dónde estaban los servicios, algo que para él había cobrado gran importancia en aquel momento.

Desde entonces se había transformado en su de voto esclavo. Y lo seguía siendo. ¡Y ella lo sabía!

Javier miró a ani. Sabía que no debía hacerle caso. Pero él era débil con ella, porque sabía que siempre lo terminaba convenciendo con aquella ino cente mirada.

—No es nada malo, Javi, de verdad —le dijo.

—¿Y peligroso? —contestó él secamente.

De pequeña siempre había sido un torbellino, y una aventurera sin igual; siempre estaba tratando de trepar al árbol más alto, siempre tenía que jugar a los deportes que jugaban los chicos y terminar siendo buena. Siempre había corrido más rápido, había saltado más alto y tirado más lejos que el.

-Pero todo aquello había cambiado cuando había empezado la secundaria y la pubertad la ha bía hecho quedarse atrás en ese campo.

El talento y la decisión no habían sido suficientes para ani , había dejado de crecer, y la naturaleza la había dotado de altura y delicados labios en forma de corazón ( que me idiotizaban cada ves que los miraba ). Pero no se había dado por vencida.

Había insistido para que la dejaran tocar en una banda de chicos, y había seguido siendo la que mejor cantante..

—No estarás pensando en apuntarte a la banda de mi primo en México , ¿no? —le preguntó él irónicamente.

Ani todavía estaba en el mundo de la música . Y de los diseñadores. Si había algo que la volvía loca era un guitarrista o un bajista . El cerebro no importaba. Sólo talento al tocar. Tam bién le gustaban los hombres altos, lo que era una Ovio,teniendo en cuenta su altura.

Y aunque él medía uno ochenta y tres, y tenía un cuerpo mejor del que ani creía( esta última frase Javi me obligo a escribirla hahaha XD), él nunca reuniría los requisitos para cautivar a ani románticamente . No había ninguna chispa en sus ojos cuando lo miraba. No había química por parte de ella.

Javier lo sabía porque ani se lo había dicho, con despiadada sinceridad, la noche que festejaba su decimoctavo cumpleaños , cuando él había desperdiciado dos docenas de rosas tratando de cortejarla una vez más( esto si pasó en 2ºde secundaria lo de las rosas no la confección ). Cuando le había confesado que estaba loco por ella, ella le había dicho que lo quería mucho, pero que se trataba del amor que podía sentir por un hermano mayor o por su mejor amigo. Ella lo lamentaba, pero si él no podía aceptarlo, tal vez sería mejor que se alejase de su vida.

Ella había tenido razón, por supuesto. Habría

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