Funcion Social El Conocimiento Historico
Enviado por karyma54 • 4 de Julio de 2012 • 2.429 Palabras (10 Páginas) • 1.072 Visitas
FUNCION SOCIAL DEL CONOCIMIENTO HISTORICO
El estudio de la historia ha sido, a través del tiempo, objeto de reflexión por parte de estudiosos e historiadores cuyo énfasis se centra en definir ¿qué es la historia? y ¿para qué estudiamos historia? .Han así surgido diferentes definiciones de la misma. No pretendo en este trabajo reproducir todas estas respuestas, sino más bien reflexionar acerca de la importancia y función de la ciencia histórica. Pero además deseo resaltar que la reflexión sobre el sentido y utilidad de la ciencia histórica no debe ceñirse exclusivamente a la entrega de un trabajo escolar para acreditar un curso sino más bien debe ser permanente.
La historia se define en una primera instancia como la «ciencia de los hombres en el tiempo»1, que constituye el pasado, el devenir, el transcurrir del hombre durante su estancia en la Tierra. Generalmente pensamos en el pasado como la sucesión de hechos en el tiempo, en el que los hombres realizan hazañas políticas y casi nunca pensamos que entre esos hombres y nosotros hay similitud porque vivieron su vida, con la misma fuerza con que nosotros lo hacemos en el presente. Estos hombres desarrollaron el arte y la cultura y también sufrieron y gozaron en su acontecer cotidiano. En otras palabras, vivieron intensamente.
En este sentido, concuerdo con la Dra. Andrea Sánchez Quintanar que señala:
«Concibo a la historia como un conocimiento vital, sin el cual no se puede vivir. Esta afirmación que a primera vista puede parecer exagerada, se entenderá si se entiende la vida como verdaderamente humana, no exclusiva como animal, material o instintiva»2.
A partir de este concepto, el pasado cobra un nuevo sentido porque la explicación del presente lleva invariablemente al estudio de ese pasado, del cual formamos parte, independientemente de que lo aceptemos o lo neguemos.
También estoy de acuerdo con Jean Chesnaux quien afirma que : «Si el pasado cuenta es por lo que significa para nosotros. Pero ese pasado próximo o lejano igualmente tiene sentido para nosotros. Nos ayuda a comprender la sociedad en la que vivimos hoy, a saber qué defender y preservar, a saber también qué derribar y destruir»3.
Sin embargo, la historia no ha sido bien tratada en los programas escolares, pues predomina esencialmente la cronología sobre el análisis histórico, y la memorización sobre la reflexión. Por lo tanto, resulta necesario señalar que no se puede entender nuestro presente inmediato si no reflexionamos sobre el pasado, pero debemos hacerlo de una manera más crítica. La función de la historia va más allá de la comprensión del presente pues también nos permite intervenir activamente en nuestra realidad. Finalmente: «Aprender historia es aprendernos a nosotros mismos, es descubrirnos históricos, es descubrirnos conscientes y por ello, de alguna manera libres, sociales, responsables y comprometidos»4
La historia, además, propicia la formación de la conciencia social, la cual no es posible sin una conciencia histórica y fomenta la identificación social pues se constituye en la memoria social de un pueblo que comparte un pasado común. La identificación social se da a partir de que los individuos se sienten parte de una sociedad con la cual comparten una historia común, patrones culturales similares, intereses y valores propios de un momento histórico determinado lo cual les permite tener un mejor desarrollo individual y socializarse. «La historia ofrece a cada individuo la posibilidad de trascender de su vida personal a su vida de grupo. Al hacerlo le otorga un sentido y a la vez, le ofrece una forma de perdurar en la comunidad que lo trasciende, la historia es una lucha contra el miedo, forma extrema de la muerte». El hombre busca afanosamente trascender a lo largo de su vida en la sociedad de la cual forma parte y la historia es una vía para lograr este propósito. El hombre no quiere ser olvidado y en este sentido todos de alguna manera recurrimos al pasado para explicarnos nuestra existencia. Sin la historia, los pueblos tendrían un desenlace de consecuencias funestas tales como su aniquilación y la pérdida de su esencia, de ellos mismos. El olvido es una forma de morir lentamente, por lo que cada cultura trata de imponer su propia concepción histórica a los demás, cuyo fin primordial es no ser olvidados.»En su modo de relatar e interpretar su propio pasado, cada núcleo social refleja sus concepciones, sus aspiraciones y sus formas de vivir, expresa la ligazón que siente tener con fuerzas superiores (dioses, destino) o bien presenta un enfoque racional del universo.» La historia le permite al hombre estrechar los lazos que lo unen con su comunidad. Por tal motivo, también tiene una función social. Lo integra y hace que se identifique con otros hombres. La comunicación fomentada por la historia es la condición básica para el desarrollo humano en todos sus aspectos. Finalmente, esta surge en un contexto social pues no hay historia que no haga referencia a la sociedad.
La historia puede servir como instrumento de dominación de los grupos en el poder, o ser la vía más eficaz que libere al hombre de la opresión y lo haga más libre. En este sentido puede adquirir ambas cualidades. Asimismo, cubre la necesidad de autoconocimiento que posee el hombre a lo largo de su vida. Por las razones anteriormente expuestas, el conocimiento histórico es útil en nuestras vidas.
Igualmente concuerdo con José Joaquín Blanco quien señala que es placentero estudiar historia y nos indica porqué vale la pena recurrir a ella en todo momento: «La historia para interpretar mejor el mundo, para cambiar la vida, para reconocer raíces y procesos, para defender algunas verdades, para denunciar mecanismos de opresión, para fortalecer luchas libertarias y sobretodo para vivir días que valgan la pena alegres y despiertos».7
Como historiadora-docente debo señalar que el conocimiento histórico me permite vincularme con la vida, con lo humano, pues precisamente las sociedades del pasado eran sociedades vivas, no filas de hombres muertos sin relación conmigo. Estos hombres no eran héroes o villanos, sino seres humanos con debilidades, virtudes, defectos, pasiones, intereses y preocupaciones, cuyas vidas fueron complejas y, por lo tanto interesantes para historiadores y alumnos.
A los que nos dedicamos al estudio de la historia se nos denomina historiadores. Sin embargo, a pesar de su relevancia, la sociedad no valora la importancia del conocimiento histórico, ni la de nuestra profesión. Ante una economía neoliberal nuestra labor no nos reditúa ganancias considerables como sí lo hacen otras profesiones como la abogacía, la medicina o la informática; a quienes se dedican a ellas, aunque tales criterios son cada día más relativos, pues no todos los profesionistas obtienen un
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