Gongora: Por Competir Con Tu Cabello

Poema Góngora

En el poema “Mientras por competir con tu cabello”, Góngora alude a la caducidad del tiempo y hace un llamado a disfrutar de la belleza momentánea. La voz poética hace este reclamo comparando partes de un cuerpo joven, lleno de vida y promesa, con una naturaleza que ante cualquier otro ente sería perfecta y duradera. La naturaleza pasa a un segundo plano ante la belleza humana de la cual habla la voz poética. Ante este reclamo, mi percepción es que Góngora tiene razón. El tiempo actúa como ente destructor de ambas bellezas, tanto la natural como la humana.

Góngora utiliza la estética para crear una imagen que erosiona con el tiempo. El cabello de una “ella” no tiene comparación con el brillo del oro, la superioridad de la imagen humana mira con menosprecio al lilio, hay más ojos fijados en la belleza de sus labios que en la hermosura de un clavel temprano y su cuello triunfa con desdén sobre la belleza del cristal luciente (líneas 1-8). Toda ésta belleza es pasajera y yace o está sujeta a discreción de la fugacidad del tiempo. Líneas de pensamiento como el “tempus fugit” o “carpe diem” nos incitan o claman por no sucumbir al tiempo, a no dar las cosas por sentado, a ir en contra del tiempo y aprovechar el momento. “Tempus fugit” evoca a ésta fugacidad del tiempo, pero Góngora nos lleva de un momento donde impera la belleza humana a un momento donde el tiempo la lleva extinguirse. (Líneas 9-14) “Carpe diem” por su parte hace un llamado a aprovechar el momento, en éste caso la belleza, puesto que hoy está pero mañana no sabemos, esto demuestra una intrínseca relación con la dicotomía belleza/tiempo.

Finalmente, debemos hacer hincapié en el hecho que Góngora hace uso de un “mientras” para crear una prefiguración de lo que sucederá. Ese “mientras” combinado con un “antes que” crea el espacio necesario para la construcción de la necesidad humana de disfrutar de aquello que con el tiempo desaparecerá. Hace un llamado a poner al ser humano como centro del universo, un universo que girará en torno o gracias a la figura humana. Por esto la importancia del “antes que”. En éste universo, donde la figura humana es el centro, “antes que” trae consigo una perturbación del orden, ya el poder cambia de ente, no es el ser humano quien tiene poder sobre el tiempo sino el tiempo tiene poder sobre la belleza humana. Ese “antes que” aparece al principio de la línea, cosa que justamente nos lleva al camino del mensaje enviado por Góngora: lamentablemente todos vamos en camino a la decadencia y la extinción, vamos a la conversión “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”.

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