Historia Del Pensamiento Social
Enviado por fabicuello • 29 de Junio de 2015 • 4.622 Palabras (19 Páginas) • 220 Visitas
HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOCIAL
Texto skliar “Y si el otro no estuviera allí”
1. El autor reflexiona sobre recursos herramientas y mecanismos para construir una otredad: Cuales serían y que se entiende por mismidad?
2. ¿Cómo usamos hoy, más allá del proceso de colonización, estos mecanismos?
1. Otredad: El tema del “Otro”, el ajeno, el diferente, el extranjero, siempre generó conflictos más o menos graves en la historia de la humanidad y pocas propuestas de resolución. En la medida que el Otro cuestiona por similitud o por diferencia, la identidad en la cual se sostiene el sujeto, ese cuestionamiento hace tambalear esa construcción precaria y, por esa razón, ese ajeno se convierte en un enemigo, un contrincante, un rival o un indeseable, según sea la posición en que se ubica o es ubicado.
Pero la concepción del Otro, no se basa en las diferencias, sino en su excepcionalidad. Dicho de modo, el Otro, más que constituirse en una identidad deficiente para el que lo percibe, debe ser execepcional. Considerar al Otro en su excepcionalidad, propone excluir la familiaridad, que el puede suscitar en relación al si mismo, familiaridad que genera relaciones donde lo extraño, lo extranjero se presentan como un obstáculo. Un Otro excepcional, antes de suscitar "tolerancia", simplemente sorprende, seduce. El carácter de novedad y sorpresa que suscita la identidad del Otro es directamente proporcional a una identidad excepcional, así como las diferencias solo provocan tolerancia. 7 La tolerancia mira al Otro de lejos y con vacilación, la sorpresa genera un sentimiento que incluye el exotismo y la excepcionalidad del Otro y es pura proximidad con el
la identidad se puede definir como un atributo individual que responde a tres necesidades de lo humano: ÿ La necesidad que tiene el sujeto de percibirse como una totalidad. ÿ La requerimiento de que esa totalidad tenga una continuidad, esto es, ser “uno mismo” a través del tiempo. ÿ La exigencia de que esta unidad sea reconocida por el contexto social, lo que se denomina mismidad. La identidad se construye a partir de la confrontación del ideal del yo individual y del ideal social. Por esa causa, el proceso de construcción de sentido que le da origen está íntimamente relacionado con los valores, principios y cultura del ambiente y es, indudablemente, una construcción social. En otras palabras, la identidad no es sólo el resultado de una definición personal, sino que incluye, ya sea por aceptación o rechazo, una ”carga” que las diferentes instituciones por las que transita el individuo a lo largo de su vida, depositan sobre él. En la difícil lucha que debe realizar el sujeto para conservar esa construcción que lo identifica, surge la figura del Otro, el alter, el ajeno, que cuestiona por similitud o por diferencia esa construcción en la cual se apoya el psiquismo. El diferente, extraño, ajeno, hace tambalear esa construcción precaria de es la identidad y, por esa razón, ese se convierte en un enemigo, un contrincante, un rival o un indeseable, según la posición en que se ubica o es ubicado La cultura occidental, y en particular la modernidad, ha considerado al sujeto, en su individualidad como medida de lo humano. Esa es una de las causas por la cual resulta difícil para el individuo aceptar al diferente, ya que la identificación con ese portador de notables diferencias, se hace riesgosa, en 3 la medida que esta ajenidad, implica modificar la propia identidad erigida en ideal del sujeto y de la cultura de pertenencia. De alguna manera, toda cultura es el resultado histórico de múltiples confrontaciones que tratan de clasificar, nominar y ordenar el mundo de las identidades. Como ya se señaló la mirada del Otro, ubica al sujeto en un lugar que éste puede aceptar o rechazar, pero no puede evitar. El enfrentamiento entre los sujeto y los Otro, ha producido históricamente, un sin fin de situaciones catastróficas y vergonzantes para la especie.
2. Mismidad: Hace referencia a la construcción del otro, pero no solo en el discurso sino que se vea reflejado en la práctica, y eso se puede lograr únicamente reconociendo al otro. Pero el primer paso sería entendiendo la condición de uno mismo como sujeto, teniendo claro cuál es nuestra propia identidad tener un sentido de aceptación con nuestras virtudes y defectos, y no querer ser lo que no somos y jamás seremos. Es decir, una explicación sobre la construcción del otro en un espacio que se manifiesta como una diferencia radical en relación a la mismidad. Un otro maléfico y un maléfico otro, cuya alteridad está localizada, detenida, en un espacio fijo y negativo. La historia y la propia construcción social se ha encargado de crear protagonistas o personajes buenos, perfectos, sanos, cultos, bondadosos, con morales, ricos, guapos, fuertes, con una caracterización divina o heroica, pero quienes no presentan esas características han sido excluidos, como lo ejemplifica (Capítulo I de Carlos Skliar) la mujer bárbara deficiente de una raza sojuzgada. Es el otro del mal y el propio origen del mal: la explicación de todo conflicto, la misma negatividad de la cultura; el otro es, en síntesis, aquel espacio que no somos, que no deseamos ser, que nunca fuimos y nunca seremos.
Texto Argumedo
1. Encontrar la definición de matriz de pensamiento
2. Característica de la matriz de América Latina
3. Características de las líneas oligárquica y popular.
1. Las vertientes del pensamiento latinoamericano exhiben diversas influencias, entrecruzamientos y mutaciones ideológicas en combinación con el entramado original, que permitan establecer en cada una de ellas diferentes puntos de continuidad y ruptura, intercambios y antagonismos. Esta matriz autónoma latinoamericana es de orientación popular y nacional, que en los más diversos períodos ha mostrado una ferviente necesidad de desterrar los mecanismos del dominio imperial europeo, de plantear reivindicaciones nacionales y sociales, de defender las identidades, la soberanía y la dignidad de sus pueblos, despreciando las principales expresiones ideológicas del occidente central. pero en profundidad de análisis debe reconocerse que en estas tierras la historia de las mayorías sociales no han sido forjadas a ciegas sin fundamentos o interpretaciones propias.
En cada etapa han existido en América intelectuales y políticos con una formación equivalente a las élites ilustradas europeas. Fueron capaces de exponer sus ideas en todo tiempo, con un significativo nivel de articulación, aún cuando hubiese sido màs fácil copiar a Locke, Montesquiv,
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