Ignacio Manuel Altamirano

IGNACIO MANUEL ALTAMIRANO

Nació en Tixtla, Guerrero, el 13 de noviembre de 1834. Era mestizo de indio, negro y mulato. A los trece años el gobierno del Estado de México le envió una beca para continuar sus estudios. Gracias a una beca del gobierno del Estado de México, ingresó en 1849 al Instituto Literario de Toluca. Uno de los profesores que más influyó en su persona fue Ignacio Ramírez “El Nigromante”. Ignacio adoptó el liberalismo de la época. En 1851 publicó una serie de artículos, en contra de los partidarios conservadores. A los 18 años inició estudios de abogacía en la Ciudad de México, pero los interrumpió para integrarse a la Revolución de Ayutla contra la dictadura de Santa Anna; 1854. (Se graduaría como abogado hasta 1862). En 1856 su vivienda se transformó en redacción de periódico, club reformista y círculo literario. Se casó con margarita Pérez Gavilán, también originaria de Tuxtla, en 1859. Durante la guerra de Reforma, fue secretario, asesor militar, soldado. En 1861, fue electo diputado por el distrito de Acapulco. Durante la sesión del 10 de Julio se pronunció contra la ley de amnistía a los miembros del partido conservador. Fue un gran orador que sabía exponer sus ideas y emocionar con sus palabras. Esto lo aprovechó para defender la República y atacar a los que apoyaban la intervención francesa. En 1863 se presta para combatir a los invasores franceses y Benito Juárez le envía su nombramiento como coronel de auxiliares del ejército. Combatió la intervención con sus discursos y con sus acciones como soldado. Estuvo en batallas importantes y participó en la liberación de la Ciudad de México. Tras la restauración de la República, se va a vivir a la capital del país donde trabajo como servidor público Maestro y Literario. Fundó la Revista, El Renacimiento con la colaboración de autores como Ignacio Ramírez, Justo Sierra y Francisco Sosa. Escribió poesía pero su principal aportación a la literatura mexicana son tres novelas: La navidad en las montañas, El zarco y Clemencia y de Cultura, perteneció a muchas sociedades donde sobre salen sus Capacidades y Habilidades. A finales de los años 80 y principios de los años 90 del s. XIX fue cónsul en Barcelona y en París. Murió de tuberculosis en Italia en febrero de 1893 (a los 58 años). Un hombre no muy asimétrico, con muy buenos valores, muere con modestia. Fue una gran inspiración aunque en su infancia no sabía mucho poco a poco se fue haciendo de conocimientos que con ellos ayuda a ser mejor el país.

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