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Injusticia En Colombia


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2012  •  1.621 Palabras (7 Páginas)  •  972 Visitas

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Colombia, el paraíso de las injusticias.

Pensé que no podría, titubeé muchas veces, y el tema seguía en mi cabeza como un recurrente señalamiento. Ser colombiano es ser presa del inconformismo, de la angustia social, de la desigualdad que no encuentra ya sinónimos para ser expresada. Ser Colombiano es para muchas personas tener ya el corazón duro producto de las injusticias de este país, vivir con cierta indiferencia, por las mismas injusticias que por ser colombianos y de la forma como somos, hemos propiciado. Es un tema ya muy gastado, pero por más que se hable de él, siempre habrá palabras que decir, una queja que dar, un acto de impotencia que mostrar, por ende, ofensas que lanzar. Así hemos vivido, y seguramente así viviremos por mucho tiempo aunque sea este un mal vaticinio.

Con la aparición de las redes sociales, la humanidad a encontrado métodos efectivos de propagar la información de manera que esta llegue a los estamentos interesados brevemente, además, también brinda la posibilidad de sentir que cualquier hecho público, nacional o internacional, este, sea susceptible de recibir una opinión o postura tal, que de no estar de acuerdo, motive a un redireccionamiento diferente al original propuesto. En este punto, es importante resaltar que en la historia reciente del país, la presión ejercida por la sociedad en general sobre la reforma a la justicia obligó evidentemente a que el Gobierno dimitiera de aquella descabellada intención. Era descabellada, pero de no haber sido por la guerra de post´s en Facebook o Tweet’s en Twitter, el Dr. Simón Gaviria, hoy aun gozaría del tibio rumor postulante que lo mostraba como próximo presidente de este país de injusticias. Si bien se logró lo que se quería, y esto era, tumbar la reforma, existen muchas más cosas de fondo que en lo evidente nos restriegan en la sensatez que aquellos buenos, honestos, decentes, cultos y probos colombianos que votaron “Si” a la reforma, seguirán y seguirán votando “Si” a reformas que van en contra del pueblo. Es entonces, cuando, con la mano en el corazón —o donde usted se la quiera poner— que nos preguntamos ¿Cuál es la labor del Procurador general de la nación?, sino es representar los intereses civiles ante el estado colombiano, de seguro, no será estar mostrándose como la encarnación del Arcángel Gabriel que ha venido como digno, muy digno emisario del señor de los cielos a decirnos como vivir. ¡No señor!, ya Colombia vivió esa época y la santa inquisición se acabó hace mucho, no necesitamos eso de usted señor procurador, ni mucho menos que pretenda que el Opus Dei se nos convierta en doctrina de vida. Vaya justicia divina.

Aquí la justicia es lo más injusto, y eso se comprueba muchas veces, atrevidamente pensaría que a diario. Hace no mucho tiempo un colombiano de esos de a pie, pero no de los que usa saco y corbata —que como deporte extremo tienen hacerse los pobres—, sino de los de verdad de a pie, robó unos cubos de caldo de gallina, tal hombre estuvo a punto de ser condenado a una pena de varios años no comparable con el daño de robar los insumos deseados para hacer un caldo, changua o sopa según la zona del país, para los efectos es lo mismo, pero lo que no es lo mismo es la severidad y diligencia con que se tomó a Leider Correa Cobo y casi se manda a la cárcel, y la forma tan penosa en cómo se condenó—levemente, casi al punto del descaro—a los Nule con una pena ínfima en comparación con el daño causado al patrimonio común del estado. La familia Dávila—por el caso AIS—. Ellos incurrieron en la conducta de peculado por apropiación—lo que viene siendo: robo para servidores públicos—. La condena impuesta de 22 meses es absurda, pero más absurdo es que queden prácticamente libres. Era lo menos que se podía esperar de estos oportunistas, acogerse al principio de oportunidad. No tengo que mencionar el caso de Valerie Dominguez, ni mucho menos el llamado el caso del siglo para referirme al caso Colmenares para mostrar que muchas de las cosas aquí están mal pero nadie hace nada. Aquí se mete a la cárcel la gente por deporte, y sin contemplaciones cuando el que incurre en una conducta delictiva es una persona desprovista de caché y roce social, no es mentira que la justicia en este país es para los de ruana. Y a dedo se acusa el primer individuo que se aparece y sin el debido proceso simplemente por exponer a alguien ante el público y mostrar resultado lo encarcelamos. Los falsos positivos no son cosas de ahora, son temas que vienen de muchos años atrás en nuestro país, como el caso de Alberto Jubiz Hazbún, que fue condenado y luego absuelto por el asesinato de Galán. Simplemente produce miedo ser juzgado en Colombia por no decir otra cosa.

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