Intolerancia social o de la discriminación

Intolerancia social o de la discriminación:

Exclusión de grupos vulnerables y servidumbre de género

La intolerancia social manifiesta un sentimiento de rechazo hacia lo diferente. El rechazo de la diferencia que aparece como sustento de la intolerancia social, por lo general, representa una oposición y una discrepancia hacia una o varias minorías o hacia lo que el sentido social considera como irregular, anormal o diferente. Representa una forma de rechazo con guante blanco que se produce y reproduce en la vida cotidiana y en el conjunto de percepciones que la acompañan. Se caracteriza porque produce la discriminación y exclusión de grupos vulnerables. También genera conflictos en la definición de lo que representa la “buena vida” en la sociedades contemporánea.

Se conforma de al menos tres etapas:

• La opinión y el prejuicio verbal

• La discriminación y el alejamiento del otro como un extraño al grupo, y

• La agresión e incluso persecución

La esencia de las formas totalitarias de poder radica en su carácter antiliberal, antidemocrático, antihumanista, anticultural, irracionalista y nacionalista, lo cual implica toda distinción, exclusión, limitación o preferencia fundada en la pertenencia étnica, el color de la piel o la preferencia sexual, idioma, la religión, las opiniones políticas, el origen nacional, la posición económica o social que tenga por finalidad o por efecto destruir o altera la igualdad de trato.

Se proyecta a través de estigmas que permiten categorizar a las personas y grupos a partir de sus atributos físicos, sociales o culturales. Los elementos característicos de los grupos aceptados se perciben como naturales y prototípicos. Esto produce una identidad basada en un descrédito proveniente de los integrantes de las diferentes categorías sociales, así como en supuestos defectos, fallas o desventajas; así, el estigma se convierte en un atributo desacreditador que estigmatiza a uno y puede confirmar la “normalidad” del otro.

La intolerancia se fundamente en una relación de desigualdad entre alguien que es fuerte socialmente ya sea por sus recursos de poder económico o cultural y alguien que es débil, tanto en la esfera pública como en la esfera privada, alguien que puede ser considerado un ciudadano de segunda.

La discriminación es un fenómeno por esencia antidemocrático porque vulnera los principios de solidaridad, equidad e inclusión. Lesiona no sólo los derechos humanos y las libertades fundamentales, sino también las exigencias morales de la humanidad representadas por la intolerancia y la igualdad.

Existe discriminación cuando se toma en cuenta determinada característica para denegar un derecho, de la misma forma que se produce cuando se considera esa misma característica para otorgarlo.

La discriminación

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