Joana Stori

La historia de Joanna

1. Infancia

Solo me doy cuenta ahora, mirando hacia atrás, de lo afortunada que soy de tener una familia como la mía. Ciertamente no solía apreciarlo. Pero cuando eres la mayor entre dos molestos hermanos pequeños con las que apañárselas no es la cosa más fácil de apreciar. Tom y Hugo fueron definitivamente un fastidio la mayoría del tiempo. Aunque tengo que admitir que tampoco fui una santa. Me siento apenada por nuestra pobre madre, quien tuvo que cuidarnos. La recuerdo estando siempre ahí, debido a que no volvió a trabajar hasta que nosotros tres empezamos la escuela primaria. Papa trabajaba durante largas horas como contable, y realmente solo pasaba tiempo con nosotros los fines de semana, ayudándonos con nuestros deberes o llevándonos al parque.

Mi hermano Tom nació cuando yo tenía un año y medio. Tengo un vago recuerdo sentada en una sillita para niños en lo alto de un viejo cochecito de bebes grande que teníamos, mientras Tom dormía tranquilamente dentro. O quizás sea que vi eso en una foto. De todas maneras, recuerdo con claridad la llegada de Hugo al mundo, alrededor de trece meses después, ya que esto supuso un molesto cambio para mí. Entonces tuve que andar junto al cochecito en vez de tener mi confortable visión de las cosas desde arriba. Pero entonces dice mama que fui muy buena y que acepté la situación rápidamente. “Ellos son tan solo bebes, ¡tú eres la chica mayor!” Solía decirme.

Desde aquel punto yo fui “la hermana mayor”, ¡A pesar de que solo tenía tres años y medio!

Mis hermanos y yo parecíamos sacados de un anuncio de comida para bebes. Los tres teníamos el mismo pelo rubio rizado, las caras redondas y los ojos azules. Solo fue después cuando empezamos a parecer diferentes. A pesar de nuestra apariencia angelical, éramos unos niños muy traviesos. Solo hubo un incidente que destaca en mi mente más que ningún otro. Mirando hacia atrás, creo que fue la primera vez que usé no comer como forma de expresar mis sentimientos.

Era el quinto cumpleaños de Tom. Tuvo una gran fiesta, con una mesa dispuesta en el jardín y llena de la típica comida de cumpleaños de los niños: sándwiches, tartas, gelatina, patatas fritas y gominolas de todas clases, junto a botellas y botellas de refrescos gaseosos.

Tom había invitado a su clase entera a la fiesta. Él alegremente les dejaba salir y entrar de la casa y el jardín a través de las grandes puertas de cristal del salón. Les recuerdo corriendo hacia atrás y hacia delante, todos gritando sin parar. Esto siguió durante un rato, hasta que uno de los chicos golpeó una mesita de madera y el jarrón de flores que había encima. Había cristales rotos, flores y agua sobre toda la moqueta. Mama salió corriendo de la cocina, donde había estado celebrando su propia fiesta con el resto de madres, y envió a todos

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