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Juan Melendez


Enviado por   •  14 de Julio de 2015  •  8.350 Palabras (34 Páginas)  •  210 Visitas

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JUAN MELÉNDEZ VALDÉS

Nació en Ribera del Fresno (Badajoz) el 11 de marzo de 1754. Estudió en Salamanca, donde se unió al grupo de González, Iglesias, etc., y donde conoció a Cadalso. También entabló relaciones epistolares con Jovellanos, quien le animó a cultivar la poesía seria. Le dio renombre su égloga Batilo, premiada por la Real Academia Española en 1780. Meléndez fue profesor de humanidades en Salamanca y luego magistrado. Durante la Guerra de la Independencia siguió el partido de José Napoleón, viéndose obligado a emigrar al terminar la contienda. Murió en Montpellier el 24 de mayo de 1817. Meléndez fue el primer poeta del siglo XVIII, destacándose no sólo en sus anacreónticas y sus poesías amorosas de exquisita elegancia, sino también en las odas sobre temas filosóficos y religiosos, expresiones poéticas de la ideología Ilustrada.

EDICIONES

Poesías, Madrid, Ibarra, 1785.

Poesías, Valladolid, Viuda e hijos de Santander, 1797, 3 vols.

Poesías, Madrid, Imprenta Nacional (I y IV), Imprenta Real (II y III), 1820, 4 vols (con prólogo del autor y la “Noticia histórica y literaria de Meléndez Valdés” por M. J. Quintana).

Poesías, París, Smith, 1832 (reimpresa por Vicente Salvá).

Poesías. Edición completa con el prólogo y la vida del autor, Barcelona, Bergnes, 1838 (por J. Mor de Fuentes).

CUETO, Lepoldo Augusto de, Poetas líricos del siglo XVIII, Madrid, BAE, 1871, II, 67-252.

FOULCHÉ-DELBOSC, R., “Los Besos de Amor. Odas inéditas de D. Juan Meléndez Valdés”, Revue Hispanique, I (1894), 166-195.

FOULCHÉ-DELBOSC, R., “Poesías y cartas inéditas de D. Juan Meléndez Valdés”, Revue Hispanique, I (1894), 266-313.

Poesías, Pedro Salinas, ed., Madrid, Clásicos Castellanos, 1925 [edición poco correcta].

Poesías inéditas. Introducción bibliográfica de Antonio Rodríguez-Moñino, Madrid, 1954.

Obras en verso, J. H. R. Polt y Jorge Demerson, eds., Oviedo, 1981.

La lira de marfil: poesías selectas, J. H. R. Polt y Jorge Demerson, eds., Madrid, Castalia, 1981.

Poesía y prosa, selección, introducción y notas de Joaquín Marco, Barcelona, Planeta, 1990.

ESTUDIOS

COLFORD, William E., Juan Meléndez Valdés: A Study in the Transition from Neo-Classicism to Romanticism in Spanish Poetry, Nueva York, 1942.

COX, R. Merritt., Juan Meléndez Valdés, Nueva York, 1974.

DEMERSON, Georges. Don Juan Meléndez Valdés et son temps (1754-1817), París, 1962; trad. española: Don Juan Meléndez Valdés y su tiempo (1754-1817), Madrid, 1971, 2 vols.

FROLDI, Rinaldo. Un poeta illuminista: Meléndez Valdés, Milan-Varese, 1967.

ODA ANACREÓNTICA XV.

DE MIS NIÑECES

Siendo yo niño tierno,

con la niña Dorila

me andaba por la selva

cogiendo florecillas,

de que alegres guirnaldas, 5

con gracia peregrina,

para ambos coronarnos

su mano disponía.

Así en niñeces tales

de juegos y delicias 10

pasábamos felices

las horas y los días.

Con ellos poco a poco

la edad corrió deprisa,

y fue de la inocencia 15

saltando la malicia.

Yo no sé; mas al verme

Dorila se reía;

y a mí de sólo hablarla

también me daba risa. 20

Luego al darle las flores

el pecho me latía;

y al ella coronarme

quedábase embebida.

Una tarde, tras esto 25

vimos dos tortolitas

que con trémulos picos

se halagaban amigas,

y de gozo y deleite,

cola y alas caídas, 30

centellantes sus ojos,

desmayadas gemían.

Alentónos su ejemplo,

y entre honestas caricias

nos contamos turbados 35

nuestras dulces fatigas;

y en un punto, cual sombra

voló de nuestra vista

la niñez; mas en torno

nos dio el Amor sus dichas. 40

DE LA PALOMA DE FILIS

Filis, ingrata Filis,

tu paloma te enseña;

ejemplo en ella toma

de amor y de inocencia.

Mira cómo a tu gusto 5

responde, cómo deja

gozosa, si la llamas,

por ti sus compañeras.

¿Tu seno y tus halagos

olvida, aunque severa 10

la arrojes de la falda,

negándote a sus quejas?

No, Filis; que aun entonces,

si intento detenerla,

mi mano fiel esquiva, 15

y a ti amorosa vuela.

¡Con cuánto suave arrullo

te ablanda! ¡Cómo emplea

solícita sus ruegos,

y en giros mil te cerca! 20

¡Ah crédula avecilla!

En vano, en vano anhelas;

que son para tu dueño

agravio las finezas.

Pues ¿qué cuando en la palma 25

el trigo le presentas,

y al punto de picarlo,

burlándote la cierras?

¡Cuán poco del engaño,

incauta, se recela, 30

y pica, aunque vacía,

la mano que le muestras!

¡Qué fácil se entretiene!

Un beso le consuela;

siempre festiva arrulla, 35

siempre amorosa juega.

Su ejemplo, Filis, toma,

pero conmigo empieza,

y repitamos juntos

lo que a su lado aprendas. 40

ODA ANACREÓNTICA II.

EL AMOR MARIPOSA

Viendo el Amor un día

que mil lindas zagalas

huían de él medrosas

por mirarle con armas,

dicen que, de picado, 5

les juró la venganza,

y una burla les hizo,

como suya, extremada.

Tornóse en mariposa,

los bracitos en alas, 10

y los pies ternezuelos

en patitas doradas.

¡Oh! ¡qué bien que parece!

¡Oh! ¡qué suelto que vaga,

y ante el sol hace alarde 15

de su púrpura y nácar!

Ya en el valle se pierde,

ya en una flor se para,

ya otra besa festivo,

y otra ronda y halaga. 20

Las zagalas, al verle,

por sus vuelos y gracia

mariposa le juzgan,

y en seguirle no tardan.

Una a cogerle llega, 25

y él la burla y se escapa;

otra en pos va corriendo,

y otra simple le llama,

despertando el bullicio

de tan loca algazara 30

en sus pechos incautos

la ternura más grata.

Ya que juntas las mira

dando alegres risadas

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