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L Crisis Económica Actual


Enviado por   •  7 de Enero de 2013  •  1.523 Palabras (7 Páginas)  •  554 Visitas

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Todo el mundo se ha hecho eco de la crisis económica por la que estamos pasando, y como todo fenómeno económico complejo, la crisis tiene causas económicas, pero también psicológicas, sociales, políticas y éticas.

Debemos tener en cuenta que la economía es parte del ambiente y ejerce una influencia muy importante sobre la vida de las personas. Se podría afirmar que tanto la economía influye sobre las conductas, emociones y expectativas de los ciudadanos, como nosotros influimos en ella, a partir de la percepción e interpretación que de ella hacemos.

Esta crisis ha sido denominada por muchos como la crisis de los países desarrollados, tiene su raíz en la expansión artificial del crédito en los bancos centrales de EE.UU. La economía de los Estados Unidos, la más grande del mundo, entro en una grave crisis que afectó a la burbuja inmobiliaria.

Una crisis de liquidez lleva consigo una crisis de confianza. Las actuales turbulencias en los mercados han surgido por la desconfianza de los bancos a prestarse dinero entre ellos, porque desconocen cuál es su solvencia real, no tienen la certeza de volver a recuperarlo y tienen miedo de que estén expuestos a los problemas de las hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos, una situación que amenazaba con dañar, por extensión, a otros países además del estadounidense.

La intensa cohesión que existe entre los mercados globales implica que una crisis desatada en cualquier lugar del planeta tenga inmediata influencia en la economía de cualquier país, afectando al lado financiero y también a la economía real de todos los individuos que la conforman.

Bajo esta crisis de confianza, los inversores se han vuelto más conservadores, y han llegado tan lejos, que ha afectado a sólidos prestamistas, frenando la inyección de crédito necesaria para el funcionamiento normal de una economía. Las personas deberían mantener la calma en estas situaciones, no deberían alarmarse, pero todo esto es complicado ya que los problemas económicos son lo que más preocupan a las personas ya que de la economía depende su modo de sobrevivir y de subsistir, y es lógico que las personas se muestren de esta forma en estos tiempos.

En un principio, las personas pueden reaccionar, en parte, no queriendo asumir la realidad, para después convertir sus posibles consecuencias en foco de atención, que se acompaña de la sensación de pérdida de control, tensión, miedo y estrés. La hipotética gráfica resultante se asemejaría a un zigzag acentuado de subidas y bajadas, reflejo de estados de ánimo contrapuestos.

Las condiciones económicas junto con las diferencias individuales y sociales originan en las personas diferentes percepciones y procesos psicológicos. Un cambio de la situación económica genera conductas de adaptación o de ajuste, ya sea alterando la influencia de las condiciones ambientales o cambiando los hábitos de consumo.

Cuando las personas, por la razón que fuere, no pueden adaptarse o ajustarse a la influencia del medio económico, se reactiva un sistema de retroalimentación que puede generar tensión, impotencia, menosprecio, frustración o miedo. Estas alteraciones afectivas o respuestas emocionales pueden tener serías consecuencias cognitivas y fisiológicas.

Cuando percibimos la proximidad de una crisis económica – manejando la escasa y a veces muy confusa información disponible –, el desconocimiento se acrecienta y se acompaña del recelo de que suceda lo que no deseamos. Las investigaciones psicológicas han puesto de manifiesto que ciertas situaciones económicas dan lugar a juicios que afectan nuestras decisiones según nuestros recursos mentales, que estas decisiones no son siempre racionales y que pueden influir sobre el comportamiento económico.

Desde Herbert Simon hasta Daniel Kahnenam –ambos premios Nobel de economía, en 1978 y 2002 respectivamente – numerosas investigaciones han puesto de manifiesto la gran importancia de las limitaciones de la racionalidad humana y de las emociones en los juicios y decisiones económicas, el optimismo en la asunción de riesgos, la influencia del miedo en las predicciones del daño y el papel de lo que agrada o desagrada en ellas.

La delicada situación económica incide directamente en los ciudadanos y en las empresas. Se genera desconfianza entre los consumidores. Los ciudadanos reducen su consumo por temor al posible empeoramiento de la situación económica del país y la suya propia. El menor consumo de los ciudadanos originado por la desconfianza tiene una incidencia directa perjudicial sobre las empresas y el crecimiento económico, agravando todavía más la crisis. Los empresarios también sienten desconfianza y paralizan proyectos empresariales, que podrían generar empleo, por temor a que fracasen ante la crisis, o los aplazan esperando que vengan en el futuro vientos más favorables. Las anteriores circunstancias han sido decisivas para llegar a la actual situación de crisis económica y financiera.

Por ejemplo,

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