LA PUBLICIDAD.

LA PUBLICIDAD.

La publicidad, es un arma de doble filo. Y tiene cosas buenas como cosas malas, pero las malas, son muy malas.

Contaminación, estrés, estereotipos, sexualidad.

¿Quién no ha cambiado de canal en la televisión para dejar de ver la publicidad? ¿Cuántas veces le hemos dado SKIP a ese comercial de 10 segundos antes de ver un video en Youtube? La publicidad nos ataca todo el tiempo, en espectaculares, en la radio, la televisión, celulares, páginas de Internet. No hay un solo día en que no la veamos.

Esta contaminación, está sobre-exposición a tantos comerciales e imágenes terminan en ideas en nuestra cabeza         que genera muchas respuestas y actitudes, nos educa, pero ¿Estamos dispuestos a ser influenciados a tal manera que incluso nuestras decisiones se vean manipuladas por estas grandes corporaciones?

Imagínate a una mujer perfecta, al hombre perfecto, la comida en familia perfecta, las vacaciones perfectas, la vida perfecta.  ¿Cómo crees que esas imágenes han llegado a tu mente? ¿Tu experiencia de vida? ¿Qué tal todas esas horas que has pasado de tu vida frente al televisor? Y aunque no queramos, la publicidad tiene un papel importantísimo en la sociedad y como tal, hay fenómenos sociales que ocurren ante ésta.

Vamos a hablar de Claudia, Claudia tiene una vida normal, lo más normal que se les ocurra, esa es la vida de Claudia, pero sucede que cuando crece y se va convirtiendo en una joven de 16 años, toda esa publicidad y toda esas ideas de la chica perfecta se ven atiborradas en su cabezas, ideas contrarías completamente, porque una chica tiene que comer comida chatarra, pero tener musculos y abdomen plano, pero ir de fiesta todos los días, pero tener buenas calificaciones, pero tener amigas confiables, pero tener una actitud rebelde; la ansiedad y el estrés de no ser LO SUFICIENTEMENTE PERFECTA atacan a la pobre Claudia.

Como sociedad hay que educarse ANTE la publicidad no POR. Saber que, sí, en ese comercial de jabón existe esa mamá perfecta: cariñosa con sus hijos siempre, sonriente, delgada, que nunca se cansa de hacer los labores de la casa, que espera a su esposo a que llegue del trabajo, su esposo, guapo, fuerte, caballeroso, que después del llegar del trabajo, tiene tiempo para jugar con sus hijos; y separarse de esa realidad y no quererla interponer en la nuestra. Ser conscientes que lo que se ve ahí y lo que es en realidad son dos cosas completamente diferentes y empezar a crear una verdadera publicidad, real, sincera.

La publicidad miente, en muchos sentidos. Miente sobre su producto, sobre su genialidad, miente sobre la gente que lo usa. Tal vez no nos damos cuenta y es que los oculta bajo leyes muy bien estipuladas y claro que no va a decir todas las desventajas que sus productos ocultan, leyendo la etiqueta de un aromatizante en spray para el baño, vienen más de 4 veces advertencias sobre no dejarla en una temperatura mayor de 50 grados centígrados, porque explotaría,  viviendo en la ciudad que vivimos y existiendo otros países aún más calientes que nosotros, ese es un obvio y peligroso riesgo ¿Por qué no lo sabemos hasta leer las pequeñísimas letras de la etiqueta? Porque a ellos les importa más que sepamos que huele a manzana canela.

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