La Abuela
Enviado por tita1980 • 13 de Marzo de 2013 • 627 Palabras (3 Páginas) • 297 Visitas
Esta historia es un cuento escrito por Garcia Marquez. Encontré este resumen a ver que te parece. Suerte!
La increíble y triste historia de la Cándida Erendira y de si abuela desalmada.
Erendira era hija bastarda de Amadís, que murió en un duelo, y nieta de Amadís, que murió por fiebre. Su abuela, en cambio, era una mujer a la que la vida le había dado muchas vueltas. Fue así, que antiguamente era una prostituta que gracias a Amadis, consiguió escaparse de su asesinato. Después de la muerte de los Amadises, desempleo a sus criadas y convirtió a su nieta en la única sirvienta. Con todas las tareas que tenía, la abuela le añadía más y más, hasta que al final terminaba rendida del sueño. Medio dormida por los quehaceres habituales, se tendió en la cama dejando un candelabro encendido, al que después el viento conseguiría derribar.
La desgracia le llegó al día siguiente, cuando los daños eran infinitos y no le quedaría vida para pagárselo. Así comenzó a prostituirse, obligada por la abuela. Cuando no hubo más hombres en el pueblo, se trasladaron a un pueblo mediante la prostitución de Eréndira. Decidieron quedarse en el pueblo donde un cartero transmitiría la nueva llegada, por ello esperó a nuevos clientes.
Nuevo traslado, gracias al dinero conseguido, y nuevos clientes, incluido a Ulises. Un chico simpático que conoció una noche y al que se entregó sin dinero alguno.
Al día siguiente, unos misioneros salvaron a Eréndira de las garras de su abuela. Estuvo varios días en el convento hasta que llegó a ser feliz. En cambio, la abuela esperó hasta el domingo de Pentecostés, recurriendo incluso al alcalde y al senador, en el cual los misioneros venían con concubinas embarazadas para casarlas obligatoriamente con los hombres que las habían dejado en cinta. La abuela aprovechó y pagó a un joven para que se casara con su hija y pudiera salir del convento. En la boda, la niña admitió que se quería ir, pero con su abuela.
En su casa, Ulises pensaba en Eréndira, cosa que se dio cuenta su madre, hasta que una noche decidió escaparse e ir a por ella. Viajó incansablemente por muchos pueblos, los cuales no sabían nada del paradero de ésta. Pasó poco tiempo, cuando se encontraron y decidieron fugarse. Al acostar a su abuela y al escuchar el canto de una lechuza, trampa del joven, huyeron frente a los ojos del que no fue delator: el fotógrafo. Transcurrió poco tiempo desde que se escaparon hasta que les alcanzaron.
Ya, en la frontera, se encontraban Eréndira y su abuela, donde las filas de hombres eran infinitas. Allí se encontraban todos, Blacamán el Bueno, la mujer araña…la furia de las mujeres del pueblo despertó y como un perro, atada a la cama, la sacaron a la calle desnuda, hasta que alguien la tapó. Su nuevo viaje hacia el mar, comenzó cuando la abuela rebosaba de dinero. Al llegar
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