La Biografia
Enviado por chuyyito • 1 de Septiembre de 2012 • 394 Palabras (2 Páginas) • 321 Visitas
Concepto y evolución histórica de la lección.-En el capítulo precedente hemos examinado los diversos problemas que se refieren a la preparación del trabajo escolar. Todavía el maestro no se halla a~ frente yen contacto directo con sus alumnos. Hemos partido de supuestos, de situaciones imaginadas -cuya base ha sido nuestra experiencia anterior-para disponer los medios convenientes y el ambiente propicio para que la actividad educativa se realice con el máximo provecho para nuestros discípulos. Hemos dispuesto el escenario en que ha de desarrollarse la vida escolar, con toda su complejidad y sus múltiples episodios. En este capítulo vamos a hallarnos ya ante nuestros alumnos y a poner en acción todos los recursos que con tanto cuidado hemos preparado, a comprobar su utilidad y a hacer que entre en juego nuestra habilidad, nuestra gracia, nuestro arte como educadores.
Existen en la convivencia del maestro con sus alumnos muchos momentos interesantes y valiosos. Ya hemos examinado algunos de ellos al tratar de la preparación del trabajo. Hemos de aludir en la páginas que siguen a otros muchos. Pero indudablemente, entre esa diversidad de motivos de convivencia con los escolares, el de mayor solemnidad y de más hondas resonancias para el maestro y para los escolares, el de más interés para éstos y de mayor responsabilidad para aquél, es, sin duda alguna, el de la lección. Los alumnos se hallan frente a frente a su maestro, atentos a su palabra y a sus gestos, esperando sus indicaciones, sus enseñanzas. El maestro b,a_d~LPor)er en actividad sus capacidades mejores: atención, memori~.J~ºr!}pren~ipn! habilidades ydestrezª~de todo orden.~a-ae-realizar su-auféñfíca misión educafÍva que' no cOñSfSfesóloentrañsmiilr un contenido de cultura. sino además y, sobre todo, en despertar el interés y hacer que cada niño y todos los de su clase participen en la tarea dramática de descubrir, de conquistar una nueva verdad. Este es el instante más deseado y más temido para todo maestro, que ninguno, que lo sea de verdad, aborda, aunque tenga largos años de práctica, sin una profunda emoción y sin un sentimiento de temor, por leve y fugaz que sea. Es ahora, al iniciar su lección, cuando ha de poner en juego no sólo su cultura, sino su conocimiento de la infancia y su arte inimitable de educador. Los discípulos están ahí silenciosos, atentos, en espera de la palabra de su maestro. No nos queda opción. Hemos de comenzar nuestra lección.
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