La Felicidad

Felicidad es una palabra que no a todas las personas les dice lo mismo. Cada quien tiene una definición de ella que puede depender de muchas cosas, entre las que destaca la forma de ver y enfrentarse a la vida.

Escogí la felicidad como tema para desarrollar este ensayo, pues considero que reflexionar en lo que yo misma pienso sobre ella me ayudará a valorar mi propia visión sobre la vida y mis circuntancias.

Desde que era pequeña y tuve uso de razón he escuchado a mis padres, familiares y amigos decir que uno viene a este mundo para ser feliz. De niña esto no me costaba nungún trabajo, como supongo que tampoco a todos los niños y niñas del mundo.

Pero a medida que va uno creciendo y se va haciendo más consciente, parece que la vida se complica cada vez más, hasta el punto de que aquel propósito escuchado en nuestra niñez pareciera quedar en medio de un oleaje que ahora lo aleja, ahora lo acerca de manera continua, interminable, inasible.

Me pregunto si existe la felicidad permanente, o si se manifiesta como destellos intermitentes, o si la hay de diferentes tipos. Para mí, la felicidad tiene que ver con estar contento con uno mismo y con lo que uno tiene, y eso lo relaciono con el encanto, como lo entiende Albert Camus, pensador fracés: “El encanto es escuchar que a uno le contestan sí, cuando no ha formulado claramente ninguna pregunta”.

Gozar de buena salud, ser una persona sana, convivir con la familia, tener amistades y la posibilidad de prepararse para el futuro, son causas que tienen que ver directamente con la felicidad. Pero también el despertar cada

mañana y ver la luz del día como un regalo que nos da la naturaleza, que nos da Dios, ese ser supremo que nos creó, que es amor y que quiere nuestro bien. Todo eso me encanta.

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