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La Generación De Después De Los Posters


Enviado por   •  9 de Octubre de 2014  •  1.399 Palabras (6 Páginas)  •  411 Visitas

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"Las ciudades de Europa occidental se van plagando de este nuevo modelo de juventud", me decía hace poco un profesor universitario francés, haciendo hincapié en la palabra modelo. Y cuando le pregunté por alguna característica que precisara mejor su afirmación, añadió simplemente: "Una juventud envejecida".Es ya casi un lugar común hablar de la muerte de las ideologías en Europa. Pero para los jóvenes de hoy, para los muchachos y muchachas que tienen 20 años hoy, ni siquiera se trata de eso, se trata, simple y llanamente, de la muerte de la política. No hay manera de hacerlos hablar de este tema, y mucho menos de este o aquel partido. No les interesa. Se aburren. Hablar de partidos políticos sería hablar de proyectos para el futuro, y ellos desean vivir mejor hoy, alcanzar cualquier bienestar ahora y aquí.

Nada más lejano de sus antecesores, los actores de las rebeliones juveniles internacionales y apátridas de finales de la década de los sesenta. Unos 15 años han pasado, y los grupúsculos surgidos como protesta nueva y feroz contra una sociedad de insoportables valores, surgidos también de todas las crisis y fracturas del movimiento comunista internacional, pre y posestalinianas, parecen haberse esfumado. Las épocas en que había siempre mucho de qué hablar, en que este mucho se hablaba a menudo en una habitación, en cuyos muros colgaban uno o varios posters, Papá Ho, el Ché, Mao, Marx, Lenin, Trotski, han quedado lejos en un lapso muy corto de tiempo. La realización de las necesidades y de los deseos, el alcanzar cualquier bienestar aquí y ahora se convirtió para algunos en violencia, cuando no en terrorismo, en una última forma pesimista o desesperada del activismo político.

Al lado de este fenómeno, y al lado de aquellos jóvenes cuya situación, conveniencia y creencias (y pueden ser las tres cosas al mismo tiempo) están de acuerdo con el mundo que los rodea; existe la juventud envejecida de que hablaba el profesor francés. ¿Qué es lo que la caractetiza? Tal vez la pobreza de su bagaje cultural, tal vez la pobreza de su bagaje psicológico. Pero antes que nada, algo que sorprende enormemente al latinoamericano en Europa: una enorme incapacidad para gozar de la vida hoy y mañana, un desapego total de todo lo que pueda implicar una inversión de energías afectivas, una casi fatal ausencia de valores propios.

Estos jóvenes de hoy mantienen, sin embargo, las apariencias. Así, por ejemplo, se matriculan en las universidades, aunque a medida que avanza el año de estudios vayan desapareciendo de ellas, y se presentan tan sólo al final, en el período de exámenes, cargados de excusas, que el profesor debe comprender siempre, sobre todo si se trata de un profesor progresista y consciente de que no es precisamente la universidad de hoy la que mejor los equipa para la vida que los espera. ¿Cuántas excusas son sinceras, cuántas inventadas?

Imposible saberlo, porque estos jóvenes practican un cierto miserabilismo que los uniformiza en sus quejas y súplicas y porque son, además, a diferencia de los que los precedieron hace unos años, profundamente dóciles. Claro, no hay que engañarse: esta docilidad es a menudo parte también de su profunda indiferencia. Pueden aceptar ciertas imposiciones, ciertas tareas a cumplir; lo harán con el mínimo esfuerzo, invirtiendo un mínimo de tiempo y un mínimo de interés y de energías afectivas o intelectuales.

Sus biografías suelen ser tristes. Como si desde la primera adolescencia hubiesen vivido demasiado, de tal manera que al llegar a los 20, 23 años, no es sorprendente que en momentos de confesión (la mejor palabra sería depresión), se declaren definitivamente cansados e, increíblemente, viejos. Han vivido, diríase

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casi que por ósmosis, mil ideas, mil clisés de nuestros días, mil prácticas novedosas que había que vivir, casi a pesar de ellos mismos, como por temor a quedarse atrás o a quedarse solos si no se subían al tren de una nueva experiencia. Abandonaron la ciudad por el campo, se acercaron a algún movimiento ecologista, conocieron ex presidiarios podridos por el mundo y por la droga, han tenido cómplices, camaradas, compañeros (la palabra amigo

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