La Lengua y el Habla.
Enviado por Scsp • 4 de Junio de 2014 • Ensayo • 3.335 Palabras (14 Páginas) • 484 Visitas
La Lengua y el Habla. La lengua, es un sistema de signos que viven en la mente. Entendida como capacidad mental, es universal porque todos los humanos, todos los pueblos, naciones o tribus tienen la misma capacidad psíquica para producir signos (asociaciones de ideas y sonidos en el recinto cerebral) y todos entienden ésta capacidad como primer páso para realizar cualquier comunicación discursíva. Saussure descárta del ámbito psíquicode la Lengua la parte de ejecución. Es decir, todas las personas formamos cadenas de signos (ej:¡Que buena banda!) que luego expresamos en forma oral o gráfica. Hacemos elecciones acerca de qué palabras pronunciar, cómo combinarlas y en qué lugares expresarlas. A diferencia de la Lengua, ésta parte corresponde a un mecanísmo psicofísico y a un acto individual de voluntad e inteligencia que Saussure distingue llamándola: Habla.
La Lengua, por el contrario, no es una función del sujeto hablante, las personas no podemos modificar a nuestro gusto los signos de una lengua, jamás podríamos por ninguna razón, voluntad o capricho sustituirlos por otros signos; sí podemos decir cómo los combinamos y dónde pero jamás los creamos y mucho menos los destruimos. Por todo esto, resulta imprescindible para comprender estos conceptos que plantea el autor, acotar lo psíquico, lo físico, lo social, lo sexual, y lo individual. La Lengua es un objeto psíquico en tanto competencia mental para articular ideas y sonidos (signos) y almacenarlos en un todo orgánico que llamamos sistema. Este sistema de signos no existe en ninguna mente individual, ninguna persona conoce la totalidad de los signos de su lengua, sólo podemos encontrarlo en la suma de todas las mentes individuales que pertenecen a una determinada lengua y por eso decimos que además de un fenómeno psíquico la Lengua es un fenómeno social.
Pero no debemos confundir el aspecto social o colectivo de intervención lingüística. Ningún pueblo, nación o raza, ningún colectivo humano, según Saussure, tiene capacidad para crear o modificar los signos de la Lengua que usa. Por social muchas veces entendemos creación social. Decimos que las instituciones son sociales porque son producto de acuerdos voluntarios de hombres y mujeres. Si bien la Lengua es una institución porque los hablantes aceptamos los signos de un sistema determinado para establecer comunicaciones. Aunque la variante es que no decidimos su permanencia o cambio como sucede en el ámbito del arte, el derecho o la política. La Lengua es una institución aceptada pero también impuesta; es psíquica y a la vez social. El Habla, en cambio, es psicofísica y es individual porque es resultado de las elecciones libres que las personas hacemos sobre el sistema de la Lengua.
Cómo toma Ferdinand de Saussure el Signo Lingüístico
Resultaría muy operativo para nuestra reflexión tomar un término, por ejemplo: "Mesa" como signo lingüístico. No como una palabra pronunciada sino más bien como un hecho de la mente: ese gran cerebro colectivo formado por todos los hablantes de una Lengua. "Mesa" sería de este modo un hecho psíquico que resulta de la unión de sonidos e ideas, o sea, la cadena sonora "m-e-s-a", que todos somos capaces de reproducir en nuestras mentes, unidas al conjunto de ideas que los hablantes atribuimos a "mesa".
Saussure precisa todavía mejor estos términos. En cuanto a la parte sonora, no se trata exactamente de sonidos físicos, (nadie nos escucha cuando pensamos), sino de reproducciones o impresiones estandarizadas que la mente registra de los sonidos del Habla. No todos los hablantes producimos los mismos sonidos cuando pronunciamos las mismas emisiones de Lengua, porque la fonación dependerá de características físicas propias de cada uno (cuerdas vocales, garganta, boca, etc.), en cambio todos los hablantes reproducimos psíquicamente idénticos sonidos cada vez que pensamos "mesa", "silla", "sillón" o cualquier otro signo.
Por eso, afirma Saussure, que los signos de la Lengua son normativamente idénticos mientras que las palabras o frases pronunciadas por oralidad dependerán de varios accidentes individuales. Saussure denomina a este registro mental de los sonidos que componen a un signo: imágenes acústicas. En cuanto a la parte conceptual del signo, también se trata de ideas o conjuntos de ideas más o menos estandarizadas dentro del sistema de la lengua. Saussure realiza en su teoría un ajuste terminológico. El signo es una entidad de dos caras: el concepto y la imagen acústica, porque sus dos lados son indivisibles. No es posible encontrar en ninguna de las manifestaciones de la lengua ideas por un lado y sonidos por el otro. No hay forma sin contenido ni, contenido sin forma. Saussure compara esta bifacialidad con las dos caras de una hoja de papel: es absolutamente imposible separarlas. Es por eso que se sustituyeconcepto por significado e imagen acústica por significante, remitiendo el primero a las ideas y el segundo a los sonidos mentales.
Los Principios Universales del Signo, son las características que rigen el funcionamiento de los signos en todas las lenguas de la cultura humana.
El Principio de Arbitrearidad, Sostiene que no hay ningún vinculo natural, lógico o racional entre el significado y el significante. Si la unión de las dos caras del signo es inevitable, ahora agregamos que es convencional. Nadie podría encontrar ninguna explicación racional que relacione el significante "rojo" con el concepto que los hablantes tienen incorporado.
Saussure explica este principio marcando la diferencia entre un signo y un símbolo. En éste sí es posible hallar una explicación que una la forma con el contenido. Por ejemplo, si el símbolo de la cruz cristiana transmite el concepto de una redención o paso de la muerte a la vida es porque la crucifixión era el método usual de los romanos para torturar y matar a sus enemigos y porque Cristo, según cuenta la Biblia, burló a la muerte en una de esas cruces romanas. La cruz es la forma y su explicación histórica o religiosa nos permite acceder al contenido. No pasa lo mismo con el signo "rojo", nada nos permite unir la seguidilla de sonidos con las ideas que transmiten.
La mayoría de los hablantes no tienen en cuenta laarbitrariedad del signo lingüístico. En la medida en que toman con absoluta naturalidad los significados de las palabras, los hablantes se vuelven reacios para cuestionarlas. Los habitantes de una lengua nunca se pelean con ella porque consideran a los signos lentes transparentes para percibir la realidad.
El Principio de
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