La Metamorfosis

Hace ya muchos años, en mis tiempos de estudiante, que tuve que leer este libro. Como todo lo que haces por obligación, no era mucho de mi agrado, hasta que lo empecé... La metamorfosis no tiene introducción, te golpea directamente con su primera frase, te descubre toda la trama, te obliga a seguir leyendo.

No pasaron demasiados años cuando, ya sin obligaciones de por medio, volví a releer esta obra, buscando todo aquello que se me había escapado la primera vez. Y ha sido gracias a Dooyoo cuando, después de muchos años, pasé por tercera vez las páginas de ese volumen de mi biblioteca. Seguramente en esta última ocasión influyó el que sea un libro corto y de rápida lectura, pero también me gustó volver a meterme en la piel del protagonista, intentando ser aceptado por su familia, me gustó volver a vivir esa atmósfera opresora, claustrofóbica, que se limita a un pequeño piso con tres habitaciones.

Os recomiendo encarecidamente un libro oscuro, triste, casi humillante, en el que el rechazo que tiene que soportar Gregorio te pone absolutamente de su parte, sin importarte ni su físico, ni su raza, ni su sexo, ni su color... No te plantearás siquiera que clase de insecto es, nunca lo dice, sólo te darás cuenta que ha cambiado por fuera, pero por dentro sigue siendo esa persona que sufre al verse despreciado por todos.

Si tengo que puntuarlo sobre 10, yo le pongo un 8.

ARGUMENTO

"Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto." Así empieza una historia en la que antes de nada, Gregorio debe hacerse a la idea de que se ha transformado, pero sin perder la intención de ir a trabajar para mantener su empleo. Pero será su jefe el que venga a llamar a su puerta y, al verlo, huye despavorido.

Gregorio, que convive con sus padres y su hermana, empieza a notar el rechazo de su familia, aunque todavía lo tratan como lo que es, un hijo y un hermano. Precisamente su hermana será la encargada de alimentarlo y limpiar su cuarto, pero al ver que él prefiere los alimentos putrefactos, empieza a sentir asco y a alejarse cada vez más.

Su padre y su hermana se muestran más preocupados por la falta de ingresos por no trabajar Gregorio que por su situación, y será la madre la única que muestre algo de afecto por él, pero, tras desmayarse, su padre lo culpa y le incrustará una manzana en su caparazón que será finalmente una parte importante en su muerte al pudrirse en su interior.

La familia necesita dinero, así que se ponen a trabajar y alquilan las habitaciones, relegando a Gregorio. Poco después, su hermana le mostrará su rechazo y su asco, lo que le produce una tristeza que lo lleva a un estado de depresión en el que muere.

Finalmente, la familia, como una señal de que quieren olvidar el pasado, abandonan la casa para empezar una nueva

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