La Niña Que No Tenia Un Hogar

La niña que no tenía un hogar

Tres estudiantes de música salían de la universidad católica en Santiago de Chile. Uno de ellos llamado Marcelo dijo que lo esperaran en la parada de buses y observo lo hermoso que estaba el día en ese momento.

En un pequeño bar vio una niña de aproximadamente 10 años. Tenía una ropa muy sucia y rota. Estaba sola. Sentada sin nada en la mesa. Le pareció muy extraño ver a una persona sin comida en un bar. A menos que esté esperando a la mesera. Pero dudaba que una niña de 10 años este sola en un lugar como ese. Se le acercó y se sentó frente a ella. ¿Dónde están tus padres? preguntó. La niña subió la cabeza y lo miró no respondió nada durante 10 segundos. “Están muertos, señor respondió la niña.” Marcelo se inclinó hacia atrás y trató de hacer como que no pasó nada. Rápidamente Marcelo cambió de tema y le preguntó cómo te llamas. “Soledad” respondió la niña. ¡Que hermoso nombre! Dijo Marcelo. A Marcelo le daba lástima la pobre niña llamada Soledad. Sola sin ningún cariño de sus padres. Decidió preguntarle de una buena ves si quería que el la cuidase como su padre. Su próxima prueba final sería en 3 semanas y quería llevarla con él a la cuidad de Valdivia donde estaban sus padres los que le ayudarían con el cuidado de Soledad. A lo que la niña le respondió “Me haría bien un poco de compañía. Marcelo lo tomó como un Sí. Agarró a Soledad de la mano y la llevó a la parada de buses donde lo esperaban sus dos compañeros.

Rafael el baterista, a él le gustaba mucho este instrumento, vio venir a Marcelo de lejos con una niña agarrada de su mano. Cuando Marcelo llego a la parada de buses con Soledad Rafael la miro con curiosidad. ¿“Quién es esa niña Marcelo? ¿Acaso otra de tus conquistas que no quería soltarte? y echo a reír a carcajadas. Marcelo era el más cariñoso de los tres. Estaba Rafael, el más canchero, Diego, el más callado y Marcelo el más amoroso. “Es una amiga que encontré en un bar, respondió Marcelo. Espero que se adapte a nosotros mientras nos vamos a Valdivia porque estará conmigo un buen tiempo” respondió a la burla de Rafael.

Subieron al bus. No había casi nadie. Estaban en el último vagón. Soledad estaba sentada en el medio de Marcelo y Rafael. Diego estaba al frente de los tres. En ese viaje no hubo mucha conversación. Marcelo estaba un poco enojado ya que Rafael había tratado mal a Soledad diciéndole que era otra conquista de él.

Cuando bajaron del bus entraron al edificio donde vivían, tendrían que crear una canción para presentar en su próxima clase. “Soledad, este es nuestro tiempo de estudiar y hacer tareas, ¿Quisieras ayudarnos a escribir una canción?” le pregunto Marcelo. Soledad no sabía nada de música ni siquiera sabía cantar. Rafael estaba enfadado. No podía creer como Marcelo cayó tan bajo al aceptar que una niña de diez años

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