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La Ortografía Como Parte De La Gramática


Enviado por   •  22 de Agosto de 2011  •  1.434 Palabras (6 Páginas)  •  1.787 Visitas

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¿Qué es la ortografía? Hugo Salgado/ ed. AIQUE

La ortografía como parte

de la gramática

Lo primero que consigna una definición es que la ortografía no es un conocimiento aislado e independiente, sino que forma parte de un conocimiento más amplio que se conoce con el nombre de Gramática. Dentro de ésta solemos encontrar la sintaxis, la morfología y la semántica. A veces tan confundidas y superpuestas y en otros momentos tan desvinculadas unas de otras que no logramos visualizar el sentido de su aprendizaje.

Sabemos que la sintaxis es la parte de la gramática que describe las relaciones que se establecen entre las palabras; por ejemplo los tipos de palabras (sujeto, núcleos, sintagmas, sustantivos, etc.). La morfología por su parte, se encarga de analizar las posibles variaciones o accidentes que puede sufrir un tipo particular de palabras (número, género, etc.); y la semántica trata de explicar los diversos aspectos significativos de las palabras.

De la misma manera, la ortografía es la parte de la gramática que se ocupa de la escritura de las palabras. Pero no es necesariamente una parte de la gramática normativa sino que también, al igual que las otras, tiene un aspecto descriptivo que ayuda a un cabal estudio de la lengua y favorece su aprendizaje reflexivo.

Dentro del área de la educación, sabemos muy bien que enseñar no siempre garantiza el aprendizaje. Es por ello que la pedagogía actual se ocupa más del aprender que del enseñar: importa tan mucho más a los fines educativos los procesos que se llevan a cabo para lograr un determinado aprendizaje y, partiendo de ellos, la elaboración de posibles estrategias que faciliten dichos procesos, que la construcción de metodologías teóricas que enseñen y dejen librada al individuo la tarea de llevar a cabo sus propios procesos de aprendizaje.

En el caso de la ortografía, si la consideramos sólo la enseñanza de las palabras bien escritas, caemos en un adoctrinamiento sin fecundidad, por ser una tarea sin reflexión que no se apoya en los procesos de aprendizaje del individuo.

Una nueva posibilidad en la concepción pedagógica de la ortografía sería tener en cuenta a ésta como aquel conocimiento que nos permita aprender. En este caso frente a cualquier duda de los estudiantes deberíamos posibilitar la reflexión en torno a la lectura del vocablo en cuestión y presentar alternativas. Esto llevaría a que el alumno construya por sí mismo una posible escritura, poniendo en juego las reglas básicas que rigen la correcta escritura de nuestro idioma y respetando la relación fonético-ortográfica.

Por supuesto esto no significa que el alumno no deba recibir la información específica que le permita saber que esta ante una duda. Pero más allá de esto, en la construcción de las grafías subyace una actitud reflexiva de gran significación para la actividad educativa y, sobre

todo, una intencionalidad que las aleja de lo que puede ser considerado un mero error corregido por una doctrina.

El proceso de aprendizaje ortográfico presenta ciertas características fundamentales.

Lo primero que aparece en la realidad objetiva es la posibilidad del error, pero para que esto esté presente en la actitud de quien escribe, en forma de duda, es imprescindible tener conciencia de las oposiciones ortográficas que rigen nuestra escritura. Un error es, pues, una representación gráfica inconsciente de la oposición que subyace en él. Cuando otra persona lo corrige, lo que hace es mostrar la forma correcta; pero esta acción de mostrar (¿enseñar?) no garantiza necesariamente la toma de conciencia por parte del individuo que cometió el error, es decir, no favorece su proceso de aprendizaje ortográfico.

La escuela debe, pues, en primer término, generar un entorno que facilite la adquisición de esa conciencia de oposición y promover el acceso a la información necesaria; lo que no significa que el maestro deba corregir cuanta escritura realicen sus alumnos ni, mucho menos, que la corrección no se deba efectuar.

Se requiere además de la conciencia de oposición, un cierto caudal de información que se obtiene durante el proceso de aprendizaje de la lengua escrita. Por ejemplo la información sobre la existencia de una serie de grafemas que pueden representar a más de un fonema; dicho de otro modo, existen letras que se pueden pronunciar de manera distinta. A esto podemos llamar homografía fonemática. Del mismo modo existen fonemas que pueden representarse por más de un grafema,

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