La Silla En La Herradura Resumen Del 1er Capitulo De

UNA SILLA EN LA HERRADURA

Un periodista al visitar las pequeñas dependencias de los reportados en los Aeropuertos, al hablar con empleados, se entera de muchos secretos.

Aquella tarde se entera que venían del Japón tres colombianas reportadas, después de un largo trayecto logra hablar con el jefe que es un policía de alto prestigio, decía; son colombianas muy buenas, cuando las agarran sin visa son dejadas en los calabozos de Tokio, luego un viaje de 12 horas en avión a California, después de ese trayecto llegan a Colombia a la central de DAS después de cerciorarse que no tienen antecedentes penales las dejan libres, y vuelven hacer lo mismo en una moneda mas dura.

Al día siguiente se encontró la abogada Diva Rojas quien llevaba todas las estadísticas de los reportados y vio el gran mapa de los emigrantes que abarcaba desde Australia hasta los Estados Unidos. Desde ahí siguió frecuentando las oficinas del DAS. La ciudad prefería para los colombianos fue Nueva York, luego al contactar a Rubén Peña propietario de la Herradura, un restaurante típico de Queens.

Dos días más tarde me desplace a Nueva York, estaba impresionado al ver tantas lujosidades y el gran hormigueo en las calles, Queens una de las ciudades más calientes; decía la policía neoyorkina, donde encontraban adictos a la heroína que matan y atracan para conseguir sus dosis.

La fama de ser peligrosa es porque antes de ingresar a la cárcel Oscar Toro acusado de traficar con marihuana afronto un juicio del cual salió airoso, pero al regresar a Queens se encontró con que su hija posaba en su sótano colgando de una viga de techo.

Para un indocumentado llegar a obtener la visa debe contraer matrimonio “de paro” con Puertorriqueños o latinos residentes; pero el negocio después le cuesta al “conyugue” Colombiano quince mil dólares que los deben de pagar anticipadamente en efectivo y además deben permanecer por un año viviendo con su pareja para que luego venga la separación.

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