La democracia
Enviado por MappleRak • 12 de Marzo de 2014 • Ensayo • 398 Palabras (2 Páginas) • 241 Visitas
La democracia, como sistema político, ha sido creada por las personas para realizar una vida en común. Para que este sistema de resultados, no basta con tener estructuras de poder democráticas sino que es imprescindible adoptar valores, actitudes y conductas democráticas tanto entre los gobernados como los gobernantes. Las actitudes y modos de comportamientos democráticos tienen como base la adhesión a valores de la dignidad de la persona humana, de la búsqueda de la verdad, del desarrollo de la libertad y de la justicia. "La fuerza de una democracia depende de la voluntad de un pueblo en mantenerla" (Mario Verdugo y Ana María García).Los griegos llamaban "políticos" a los hombres que se interesaban y participaban activamente en todos los problemas de la polis, en tanto a los indiferentes, quienes permanecían ajenos a los asuntos del bien común, se les llamaba "idiotikos" (idiotas).En la actualidad, en las sociedades democráticas, se desarrolla una especialización de funciones; hay hombres y mujeres dedicados a la política, otros a la ordenación y administración del Estado y otros ajenos a la actividad política, limitándose a comportarse dentro de las leyes y a depositar su voto en una urna, cada cierto tiempo, o a pronunciarse en alguna asamblea o partido político. Ciertamente, una básica participación ciudadana en la "cosa pública" es ejercer el derecho a sufragio, para lo cual según la legislación chilena, es preciso estar inscrito en los registros electorales a contar de los 18 años de edad. Pero la participación del ciudadano tiene relación también con atreverse a dar la opinión, cuestionar, criticar y discutir cuando el caso así lo amerite; ya sea en el colegio, la universidad, el trabajo, el gremio o el sindicato, la junta de vecinos, el partido político, etc. Con el aumento de complejos problemas en el mundo moderno se requiere más que nunca de una real, efectiva y continúa participación ciudadana. No puede permitirse al ciudadano democrático la actitud de que "el otro lo haga" y como lo dice Murray: "El hombre que se somete a los abusos públicos a fin de ahorrarse molestias o gastos, o que paga con tal que le dejen en paz, o que orgulloso de su probidad y de sus triunfos en los negocios, pretende despreciar la política, contribuye a la degradación del gobierno y a la demolición de la estructura tan ardua y penosamente erigida por los auténticos demócratas" (Verdugo y García).
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