La figura del héroe y antihéroe en el manga Ashita no Joe

La figura del héroe y antihéroe en el manga Ashita no Joe.

Justificación.

En la literatura, existen elementos claves que hacen destacar a una obra sobre otra, como puede ser su argumento (por su complejidad o sencillez), la aportación cultural (positiva o negativa), su temática o el lenguaje empleado. Sin embargo, un rasgo muy destacable en toda historia es el protagonista, que puede ser tanto un héroe como antihéroe.

Ya es bien conocida la reputación de los héroes de la antigua Grecia como Odiseo o caballeros andantes como el Mio Cid, o incluso protagonistas con una mayor profundización como Raskolnikov de Crimen y Castigo. En el mundo de los cómics, la reputación de superhéroes como Superman o Batman hablan por sí solas, llegando a ser considerados ya como figuras míticas, según Umberto Eco en su libro Apocalípticos e integrados, por sus personalidades humanas presentadas en sus “identidades secretas” como es Bruce Wayne y Clark Kent, que son una imagen del lector promedio. Además, con sus versiones cinematográficas han gozado de mayor popularidad entre los no-lectores de cómics. En el otro lado del mundo, en Asia, Japón siendo más precisos, hay héroes que llegaron a occidente para quedarse, como es el caso de Son Gokú del manga y anime Dragon Ball o Seiya de Los Caballeros del Zodiaco. Sin embargo, existen protagonistas que, por no tener precisamente adaptaciones modernas o su atención merecida, pasan desapercibidas por el mundo. Es el caso de Ashita no Joe y su protagonista Joe Yabuki.

Ashita no Joe de Ikki Kajiwara y Tetsuya Chiba es uno de los mangas más importantes en la historia del manga en general, el género deportivo y el shonen (que es mal clasificado). Goza de una enorme popularidad en su país de origen, donde es visto como un parteaguas, casi un símbolo de la excelencia en su estilo. Sin embargo, su popularidad y reconocimiento no es conocida en los demás continentes.

Esto se demuestra en que el manga cumple precisamente 50 años de su publicación en la revista Weekly Shonen Magazine, en Japón, se ha hecho una enorme celebración en su honor, han surgido páginas dedicadas a honrar su presencia en el país, su impacto e importancia histórica. Han salido productos nuevos inspirados en la franquicia, una nueva serie de animación de doce capítulos que podría llamarse “reboot” del manga, llamada Megalobox. Otros mangakas como Jōji "George" Morikawa (creador de Hajime no Ippo, un manga de boxeo que ha sido fuertemente influenciado por Ashita no Joe) han rendido tributo desde que empezó el año, publicando dibujos en honor al dibujante y propaganda sobre todo lo relacionado al aniversario.

Pero, más allá de una muy vaga investigación sobre los personajes y opiniones de los autores, acompañadas con imágenes remasterizadas y análisis breves de la trama, no existe una información académica dedicada a la obra en sí. La información existente en Japón es bastante sencilla, no hacen énfasis en un tema en concreto, es muy general respecto a contenido y no pasa más allá de ser un resumen. Como es de esperarse, en los demás continentes, como Europa, el manga no goza popularidad. Aunque fue transmitida por televisión la serie, no fue precisamente una tendencia entre los amantes de la animación. La única excepción conocida es Italia, que exigió incluso un cambio en el final de la serie (curiosamente, es un país muy consumidor de este tipo de producto y tampoco recibió gran acogimiento). En América ni siquiera llegó la animación.

¿Qué encontramos en el protagonista? Joe Yabuki es un personaje que tiene una evolución enorme a medida que avanza la historia, sus propósitos pueden ser confusos si no se les presta atención a sus diálogos, su pasado, sus actos y sus expresiones. No es el típico héroe que derrocha optimismo y superación personal, tampoco es un individuo sin errores, al contrario, crea problemas por donde va y tampoco tiene esos amigos que le darán apoyo en su aventura. Joe es un personaje muy diferente a los ya establecidos y desafía a los héroes modernos con sus reflexiones y su percepción de la vida. No lucha por amor, tampoco por alguien, lucha por sí mismo en todo momento. No quiere sorprender a sus conocidos, es él su motivo para seguir. Cuestiona lo dicho de Umberto Eco, pues el protagonista no presenta precisamente cualidades del lector promedio, incluso podríamos decir que demuestra lo peor del ser humano.

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