La leyenda del perro negro
Enviado por bklbfkd • 28 de Septiembre de 2014 • 1.660 Palabras (7 Páginas) • 485 Visitas
La leyenda del perro negro
Escrita por: Luis Talamilla (Chile)
Cuenta la leyenda que en el sector portuario, donde hoy se encuentran una serie de almacenes de contenedores en donde antiguamente se levantaba una conocida población que fue desalojada producto de los daños sufridos por el último terremoto que asoló a la región vivía un extraño personaje, solitario, oscuro, y del cual se tejieron muchas historias. Una de ellas señala que este hombre tenía un muy buen pasar, vestía ropas elegantes y siempre tenía mucho lujo a su alrededor, sin embargo quienes le conocían, nunca supieron de un trabajo o actividad que desarrollara. Se comentaba por entonces que este extraño personaje debía su fortuna a un tenebroso negocio.
Cuenta la leyenda que cuando ocurrió aquel terremoto y las autoridades comenzaron a desalojar a los habitantes de esta población, en su casa no había rastros del propietario y según los vecinos desde la mañana de ese mismo día nadie más lo vio.
En el desalojo fueron encontradas sus pertenencias, joyas, ropas e incluso un extraño libro negro sobre su mesa de noche, un libro tan extraño como su dueño, escrito en una lengua poco común que entonces quienes lo encontraron no consiguieron descifrar.
En su cuarto y a los pies de su cama sólo una pequeña imagen se movía, era un pequeño cachorro , un perro, que atentamente observaba las actividades de los extraños que ahí ingresaron. Uno de los funcionarios tomó al pequeño guardián y lo sacó de la vivienda con el fin de despejar el área, el can en silencio sólo observaba lo que ocurría con atención.
Pasó el tiempo y nadie volvió a ver al cachorro, en el lugar se levantaron una serie de bodegas en los terrenos que fueron comprados por empresas del rubro portuario.
Luego de un año de este hecho ya en pleno funcionamiento del almacén portuario una noche un voraz incendio se desató en el lugar, las llamas ardieron hasta quemar por completo las oficinas que en el lugar se levantaron, ni el trabajo del personal de seguridad ni de bomberos que acudió al sitio lograron evitar que el fuego consumiera toda la estructura. Entre los curiosos, uno de los funcionario detectó entre las sombras una figura extraña, que desde las sombras observaba cada movimiento, se acercó y consiguió ver en su total dimensión lo que ahí se encontraba.... sentado sobre sus patas traseras, un perro negro , tan negro como la noche sin luna, con un pelaje brillante que en total calma observaba lo ocurrido. El animal era totalmente negro, sólo sus ojos resplandecían con un brillo singular en la oscuridad. Sentado miró atentamente durante las largas horas que duró el siniestro. Nuevamente, al salir el sol, nadie más consiguió ver al extraño animal.
Pasado un año de este accidente, mientras en la bodega se realizaban trabajos de desestiva durante la noche, repentinamente una cuerda que sostenía un pesado contenedor, cedió... cayendo desde una gran altura mientras era sostenido por una grúa, el jefe de las bodegas quien dirigía las obras no libró con vida, quedando mortalmente atrapado bajo la estructura.
Mientras los equipos de rescate trataban de liberar el cuerpo sin vida del administrativo, el mismo funcionario que participó en la anterior emergencia sintió una extraña sensación que lo obligó a mirar hacia el fondo del sitio... en la oscuridad, dos luces llamaron su atención, como dos intensos rubíes resplandecían en la noche... lentamente se acercó... y pudo comprobar con escalofríos nuevamente la presencia de aquel extraño ser... sí, era él, nuevamente sentado en sus dos patas traseras y con la misma calma observando todo lo que ocurría .
Luego de esta experiencia y con el temor a contarlo a sus compañeros de trabajo, el funcionario comenzó a tener extrañas pesadillas, en las que veía a aquel can persiguiéndole por el patio de contenedores, el miedo y la angustia comenzaron a demacrar al trabajador quien incluso se vio en la obligación de pedir a sus jefes que por ningún motivo le destinaran el turno de noche en aquel lugar.
Así, otro año se fue, el funcionario no podía evitar sus reiteradas pesadillas en que veía la imagen de esa criatura y más aún sus brillantes y rojos ojos que con un tenebroso brillo inundaban la noche.
Llegó la mañana de aquel día en que se recordaban las tragedias ocurridas en la bodega, el trabajador como cada jornada se despertaba agotado por los terribles sueños en que era perseguido por la figura del perro. Pasado el mediodía repentinamente el teléfono de su casa sonó... del otro lado al contestar su jefe directo le informaba que una extraña enfermedad afectó a uno de sus compañeros de trabajo y se veía en la obligación de pedirle que tomara su turno; él al pensar en su amigo y en lo inesperado del llamado aceptó sin dudar
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