La literatura, alguna vez un camino a la evolución

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La literatura, alguna vez un camino a la evolución

Presentado por Dipsy Johana Pérez Rivera

Presentado a Andrés Felipe Escalona

Lectoescritura

Universidad Nacional de Colombia Sede Caribe

2019

La literatura, alguna vez el camino a la evolución

Los escases de los diferentes tipos de literatura en las bibliotecas de San Andrés, es una de las razones por la que los jóvenes no leen.

Desde siglos anteriores y desde que apareció la lectura, el ser humano se ha dedicado a plasmar su historia y desarrollo con tinta y papel, por el cual la civilización ha avanzado hasta como la conocemos en la actualidad. Si lo vemos desde esta perspectiva, es fácil identificar la lectura como algo fundamental para la evolución, para conocer los pasos que dimos y con el tiempo convertirlos en saltos.

De esta manera, resulta ridículo y hasta irónico que, las nuevas generaciones no le estén dando el valor que le dieron nuestros antepasados y que la lectura sigue mereciendo. Si esto sigue así, entonces, ¿Qué tanto podremos evolucionar en un futuro? Si los jóvenes, quienes en un futuro serán los dueños del mundo, no les interesa conocer su historia actual ni plasmarla para el mañana, ¿Qué será de nuestra civilización, tal y como la conocemos?

Como muchos indican “Hoy en día los jóvenes ya no leen”, seguramente es una frase que se ha escuchado y discutido con anterioridad, se ha convertido en una creencia popular, y es que, tal vez existen muchas formas de probarlo, pero ese no es el objetivo de este escrito, en realidad, nos centraremos en las posibles razones por las que los jóvenes, o al menos la mayoría de ellos, no leen.

Así las cosas, es válido decir que, existen muchas razones de peso por las que no es muy practicada la literatura juvenil, entre ellas podríamos señalar rápidamente el avance de la tecnología y el ilimitado interés que tienen los jóvenes por estar actualizados en cuanto a la misma; también es cierto que los jóvenes no podrían darle un valor, importancia, uso o significado, si la población como tal no se la da. Con la carencia de este tipo de material literario en los diferentes espacios donde se debería poder obtener, solo se suma otra razón para que los jóvenes no se muestren interesados en él.

La escasez de los diferentes tipos de literatura priva a las bibliotecas y a los lectores interesados en las mismas. Aunque es cierto que la literatura y la lectura en general han perdido fuerza con el desarrollo de las nuevas tecnologías y demás, esto no implica que haya desaparecido por completo, en nuestro país hay literatura, Colombia es un país rico en literatura, por ende, es una pena que mucha de esta escasee en los espacios en donde sus lectores podrían practicarla.

La literatura, bien puede ser vista como una herramienta, un entretenimiento, un hobby, un beneficio o un método de aprendizaje, la importancia que sus lectores le dan es realmente variada, hasta el punto de volverse necesaria, y así, como es necesaria para muchos, también se vuelve necesario tener la posibilidad de acceder a ella.

Por si fuera poco, en el amplio campo de la literatura juvenil, no es raro encontrar ejemplares a los que se tenga un difícil acceso, esto podría variar entre su valor, nacionalidad e inclusive los respectivos permisos del autor, disminuyendo así la cantidad de ejemplares que podría obtener un bien público como lo son las bibliotecas.

Además de todo lo antes mencionado, no podemos olvidar la responsabilidad que tiene el estado sobre el tema, siendo el encargado de financiar y mantener las bibliotecas, viene siendo su obligación que tipo y calidad de servicios pueden ofrecer, y si las bibliotecas no tienen la capacidad de brindarle a sus lectores o usuarios cualquier tipo de material demandado, ¿no sería lógico pensar que se puede inculpar al estado por el poco financiamiento que les da? Por supuesto que sí y el mejor ejemplo es la existencia de la única biblioteca de la isla de San Andrés, la Biblioteca del Banco de la república que, aunque sea un espacio completo y sin carencias mayores, se entiende, y la sociedad de la isla está segura, de que no habrá otras mientras esta se mantenga en pie.

Los jóvenes leen solo por leer y no porque realmente les interese hacerlo

Lo más curioso que tiene esta frase, es la cantidad de personas que están de acuerdo con ella. Siete de cada diez personas afirman que los jóvenes no leen, y de los tres restantes, dos concuerdan en que, si lo hacen, no es por interés propio, es decir, a los ojos de la sociedad, a los jóvenes no les nace leer y existen pruebas al respecto.

En una pequeña observación que se hizo en la Biblioteca del Banco de la Republica a algunos jóvenes que hacían uso de las instalaciones, se pudo ver con claridad que, antes de tomar un libro o si quiera acercarse a los estantes, los jóvenes preferían hacer uso de las computadoras, y en el caso de que estas estuvieran ocupadas o no tuvieran el acceso a internet, ellos siempre optaron por hacer uso de sus teléfonos celulares o cualquier otro tipo de dispositivo electrónico, sin que, al menos, en algún momento, consideraran hacer uso de algún libro. Respecto a esto nos preguntamos, ¿Qué significado tienen las bibliotecas para los jóvenes? ¿hacen bien las bibliotecas en hacer uso de dispositivos electrónicos y ponerlos al servicio de sus usuarios? Y ¿Cuál es el propósito de una biblioteca en la que sus libros son la última opción para quienes la visitan?

Ciertamente, puede que para ninguna persona este tipo de comportamiento por parte de los jóvenes, les haya parecido extraño o al menos relevante, lo que nos da otra idea de que tan perdido está actualmente el hábito de la lectura, una realidad que, es lastimosamente decepcionante y que por si fuera poco pasa totalmente desapercibida. Es el compromiso de los adultos el pensar la calidad y el tipo de educación que deciden dejarle a las nuevas generaciones, ¿acaso su objetivo es dar por perdida la lectura? O ¿convertir a los jóvenes en seres dependientes de las nuevas tecnologías? ¿Qué tan prospera podría llegar a ser una sociedad de ese tipo? … o al menos, ¿a alguien le importa?

Ahora bien, nos preguntamos ¿Cuál es la razón por la que algunos jóvenes leen si no les interesa? Muchas personas podrían estar de acuerdo en que, en general, la lectura les es impuesta a los jóvenes ¿y de qué manera? Los trabajos de las escuelas o Universidades son un buen ejemplo, pues en ocasiones llega a ser necesario para los jóvenes leer cierto texto para asegurar una buena calificación o poder responder preguntas abiertas que el maestro decida hacerles en clase.

De acuerdo a lo anterior, abriremos un pequeño paréntesis para considerar el uso de estas metodologías por parte de los maestros, porque, aunque parezca sencillo de cierta manera, muchos de los jóvenes que leen un texto no logran interpretarlo o entenderlo por completo, se les dificulta responder preguntas o desarrollar una opinión crítica sobre el mismo, al ‘leer’ líneas solo ven palabras, sin tomarse la molestia de intentar entender lo que quieren decir, esto tomando en cuenta que la mayor parte de la población humana aprende de forma visual y fortalece sus aprendizajes con ayuda de la escritura; pero ¿a qué se debe esto? ¿Será que los jóvenes ya no saben leer? O ¿podría deberse a la falta de práctica? O bien, podríamos llegar a la conclusión de que una cosa se debe a la otra, el punto es, que la lectura y los jóvenes ya no son lo que eran y que a ellos no parece importarles.

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