La obsesión en El túnel por Ernesto Sábato
Enviado por axelng122 • 14 de Noviembre de 2021 • Ensayo • 681 Palabras (3 Páginas) • 163 Visitas
La obsesión en El túnel por Ernesto Sábato.
Por Axel Navar Guereca.
El túnel comienza con el protagonista Juan Pablo Castel, en una de las tantas exposiciones de arte de aquel hombre, ya fastidiado por las criticas (siempre buenas) que recibía pero que no entendían el mensaje que quería mandar y entre tantas personas que se encontraban ahí solo una persona se fijó en lo que él quería expresar, se enamoró de ella obsesionándose con ella y entablando una relación.
La obsesión en el túnel esta será el tema a tratar en este ensayo, al igual se defenderá la tesis de que Castel quedo obsesionado con María Iribarne ya que este necesitaba de ella: para poder expresarse y lograr recuperar esa fe en la humanidad que tanto insistió en haberla perdido conociendo que existían más personas como él y con el mismo vacío que sentía.
Desde el principio del libro Juan Pablo relata su gran odio hacia la humanidad tachándola de vanidosa, cruel hasta declarando que los criminales son personas limpias que simplemente ayudan al mundo al matar personas (Sabáto, pág. 4) o más adentrados al libro señalando: “siempre he mirado con antipatía y asco a la gente […] en general, la humanidad siempre me ha parecido detestable […]” (Sabáto, pág. 21) pero al haber citado a María al parque para conversar “mi desprecio por la humanidad parecía, abolido” (Sabáto, pág. 21).
Sabemos que Juan Pablo estaba obsesionado con María pues estar meses paneando una sola conversación y sin saber si la volvería a ver en alguna ocasión regala la idea de que el protagonista es meticuloso y a la vez tímido como el mismo lo resalta; también teniendo presente que Castel rompió sus muy definidos principios y hacer algo que consideraba grotesco solamente para poder dirigirle la palabra a una persona que solo había visto una vez y sin comenzar ningún tipo de contacto nos hace entender la manía experimentada por el artista.
El complejo también se hace presente al momento de cuando le declara directamente que el necesita de ella (Sabáto, pág. 16) ya que cuando murió a causa de sus propias manos tuvo como consecuencia el entrar en una depresión: “Los días que precedieron la muerte de María fueron los más atroces de mi vida” (Sabáto, pág. 52) y al momento de creer que María le hubiera sido “infiel” “me iba aterrorizando la idea de quedarme sin nada, absolutamente nada” (Sabáto, pág. 59) en ese punto sabíamos que el asunto de María no era algo solo pasajero en la vida del pintor pues no solo su condena por haber puesto fin a la vida de su amada sino hubiera recibido condena alguna este seguiría recordándola hasta el fin de sus días.
Pero la razón por la que nació aquella manía hacia la mujer de su vida no solo fue cosecha del entendimiento que existía entre los dos “bastaba que nos miráramos para saber que estábamos pensando, o mejor dicho, sintiendo lo mismo” (Sabáto, pág. 31) sino que al igual existía el hecho de que María salvo a Juan Pablo de la soledad (Sabáto, pág. 46), sabiendo así que no solo la necesitaba por un simple capricho para dejar pasar por ella el amor que no había expresado por años sino que de igual manera la necesitaba para ahuyentar a la soledad de su vida y poder compartir esta con alguien aunque fuera por momentos fugaces.
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