EL TUNEL. SÁBATO, ERNESTO
Enviado por Lautaro Morales • 29 de Octubre de 2018 • Reseña • 1.091 Palabras (5 Páginas) • 167 Visitas
EL TÚNEL |
“Por un instante su mirada se ablandó y pareció ofrecerme un puente; pero sentí que era un puente transitorio y frágil colgado sobre un abismo”. |
SÁBATO, ERNESTO |
- ALUMNA: MORALES, BELÉN
- PROFESORADO: LENGUA Y LITERATURA
- PROFESORA: AGUIRREBURUALDE, NIEVES.
El túnel es la primera obra publicada por Ernesto Sábato – después de una serie de ensayos que escribió con anterioridad – publicada en el año 1948, después de haber abandonado definitivamente el mundo científico para dedicarse por completo a la producción literaria.
Sábato, forma parte de la corriente de escritores argentinos denominada “la generación intermedia”, que comprende a autores nacidos entre el año 1905 y 1925 que empezaron a publicar en la década de los años 40.
Estos escritores se encuentran a caballo entre las dos tendencias predominantes del panorama literario argentino de la época: el movimiento Florida, que atribuía la importancia del texto a la forma, incorporando novedades estilísticas de los países europeos, y la línea Boedo, de corte más social, con el ojo puesto más en el contenido que en la forma, con temática más comprometida, por lo general tratando el tema de la situación de los indios en el país.
La generación intermedia no se clasifican en ninguna de estas dos tendencias y toman rasgos característicos de cada una de ellas: dan importancia al contenido de sus historias bajo una perspectiva más intimista, con los pensamientos del hombre y sus problemas como eje principal de la trama, sin descuidar por ello el aspecto forma
En el presente análisis abordaremos la novela desde los postulados existencialistas sobre la literatura. Tomaremos como eje la cuestión de la alteridad en la relación entre el protagonista Castel y María Iribarne.
Para el existencialismo la literatura representa un diálogo humano y sincero en tanto permite encontrarnos con la alteridad. La literatura es el espacio donde me encuentro con el otro. Esto me permite, pues, acercarme a esa totalidad que el mundo ya no es. Si para el hombre moderno la realidad es una totalidad regida por un mismo principio, para el hombre del siglo XX la realidad se va representar como fragmentación. El mundo ya no es uno.
Mencionado anteriormente la alteridad juega un papel fundamental en la obra: el yo y el otro. Según los postulados existencialistas “el ser se determina por la existencia del individuo, la esencia se plasma en el existir y de ella se desprende lo que el hombre verdaderamente es. Pone en juicio la razón o el sentido de la existencia misma”.
Luego de haber realizado la lectura de un análisis de Ana Maria del Guesso Cabrera coincido en que:
“El papel del “otro” es elemento central, es el constitutivo del “yo” como totalidad, posición indispensable para que el ser humano se construya como un todo, ya que esa realización no puede venir sino del exterior, de la mirada del “otro”; en cuanto y en tanto cada uno es el complemento necesario de ese “otro”.
Castel quien ve en María ese “otro” complemento de su ser y a quien él mismo exterminó por inseguridad y dominación.
“…me anima la débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. AUNQUE SEA UNA SOLA PERSONA”
Desde el primer momento del encuentro entre ambos comienza la obsesiva persecución por controlar a ese “otro”, de quien se espera absolutamente todo, de quien se pide todo y a quien se exige todo. María –según el propio Castel– le falla, por lo tanto es menester eliminarla.
El cuerpo fresco y juvenil de Maria se convierte en el objeto de deseo de Castel, es lo que siempre estuvo buscando y finalmente encuentra, al cual ama y le da vida, y termina siendo la mediadora entre el mundo exterior agobiante y su mundo interior, y finaliza exterminándola. Es la única salida a la situación de terrible soledad, incomprensión e incomunicación en que vive y que lo lleva a aceptar “que el mundo es horrible”.
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