La perla magica (escrito por roberto carlos ortiz hernandez)

La perla Mágica

 Había una vez en un reino muy lejano, una paz inexplicable una alegría inmensa, la gente de así vivía como ninguna otra pues existía una bella perla que mantenía la tierra fértil, las plantas verdes, los animales sanos y el reino protegido de las tempestades, y todo era muy muy feliz.

Un día como cualquier otro algo sucedió… La mañana amaneció gris, la gente se encontraba triste y el canto de las aves no se escuchó, algo en el reino no andaba muy bien.

Los reyes Guillermo y Elizabeth no encontraban explicación a los hechos de esa oscura mañana, de pronto se preocuparon y fueron al recinto de la perla y descubrieron que no estaba en su lugar. No podían salir del asombro de cómo pudieron haber robado la perla, si esta estaba custodiada por un dragón entrenado para defenderla de cualquier extraño, cuando de pronto se dieron cuenta que en el fondo del cuarto el dragón estaba con su rostro enojado mirando al vacío pues estaba convertido en piedra.

Como no sabían que hacer para poder localizar la perla que salvaría a el reino, decidieron ir con los ancianos para preguntarles acerca de quién pudo haber robado la perla y dónde estaba. Así que fueron con ellos y les preguntaron a cerca de los hechos de esa mañana. Ellos le dijeron que había sido Sallyetza, la hechicera del pueblo que practicaba magia oscura y, hace mucho tiempo, había sido desterrada. La única forma de encontrar a Sallyetza; era ir a las montañas del norte para invocar su nombre, así lo hicieron. Sallyetza apareció con la perla colgada en su cuello y les dijo: “Nunca les devolveré la perla porque ustedes me desterraron del pueblo, pero si alguno de ustedes está dispuesto a sacrificarse por ella se las devolveré con gusto. De ser así, el que se sacrifique tendrá que ser ejecutado por el otro en la plaza pública del pueblo, dentro de dos días. Yo por mi parte, doy mi solemne palabra de que les devolveré la perla cuando hayan completado el sacrificio. De lo contrario, destruiré la perla y, todos, por fin tendrán lo que se merecen”. Luego de decir lo anterior de sus pies salió una bruma negra y ella se desvaneció.

Los reyes se fueron muy tristes pensando en que podían hacer sin tener que sacrificarse, y después de pensar y pensar, planearon engañar a la hechicera con la ayuda de un ilusionista que simulara que uno de ellos estaba siendo sacrificado y le pidieron a todo el pueblo que asistiera y que fingiera que todo era real, y el plan estuvo en marcha dos días después.

Cuando la hechicera Sallyetza se acercó a ver el sacrificio ficticio, los arqueros la asesinaron por la espalda mientras ella estaba distraída y los del pueblo empezaron a arrojarle piedras y nunca supo lo que había pasado, cuando cayó muerta, los reyes se acercaron y quitaron la perla de su cuello y la llevaron al recinto del castillo.

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