Carlos Augusto Hernández
Enviado por natalialore5292 • 24 de Mayo de 2011 • 1.297 Palabras (6 Páginas) • 1.551 Visitas
Para dar lugar al surgimiento de las disciplinas y profesiones en el mundo actual es necesario partir del significado que se la ha dado a la palabra disciplina desde varios puntos de vista, en la lectura de Carlos Augusto Hernández se hace una asociación de castigo y autoflagelación con disciplina sin embargo, otros autores como Weber quien lo referencia a la obediencia que se tienen las ordenes de la autoridad superiores, creando una sumisión adoptada por entes como el ejército y el clero pero sin dejar atrás que también se adopta como el reconocimiento de un saber a través de la historia y originado en la universidades de la edad media . El nuevo significado se expresa como la relación de trabajo intelectual y compromiso intenso con el conocimiento, dedicación y constancia que implica además la dimensión ética que requiere de la capacidad de auto cuestionarse y asumir los rigores propios de estudio, en ese orden ideas la disciplina entonces, pasa a ser un instrumento de auto castigo a una herramienta al servicio y comprensión de la relaciones sociales y el dominio de la naturaleza., que según Gadamer se reconoce como la capacidad de autocritica que cuestiona nuestro puntos de vista . Para Hernández, no basta el compromiso con el conocimiento sino que es necesario orientarse a la comunicación reflexionando colectivamente sobre las consecuencias de las acciones posibles que se desprenden de la investigación. Ya puntualizando que las disciplinas participan en la formulación y solución de problemas mediante algunos mecanismos, dicha concepción va configurando una cultura académica que contiene tres elementos La discusión racional, el respeto a la tradición escrita y la prefiguración de las acciones pero se podría agregar la voluntad del saber asociada a la noción de la disciplina como disposición a asumir el trabajo académico. Con la contextualización anterior se da a entender que la investigación no es ya privativa de las disciplinas y es parte practica de las profesiones, allí Hernández hace un distinción entre disciplina y profesión, donde la primera hace referencia a la vocación y es sinónima de ocupación que asegura la subsistencia y así mismo la segunda donde prevalece la investigación, y el reconocimiento del conocimiento como hecho social.
La fundamentación epistemológica que han acompañado las disciplinas a lo largo de los siglos tienen fuertes representaciones en el siglo XXI. La formación de disciplinas ha podido desarrollarse hasta ahora siguiendo las pauta heredadas que suponen la existencia de unos contenidos más o menos incuestionables dentro del conjunto de teorías y conceptos , procedimientos y formas de validación y cooperación claramente establecidos. Los objetivos de la formación en disciplina en la actualidad se podrían definir sobre la a base de una predicción razonable suficiente de las tareas que habrían de desempeñar los profesionales. Si hiciésemos una línea en el tiempo podríamos ver como ciertamente se producen cambios en el cuerpo central de las disciplinas, que resultan de los procesos de investigación y del hallazgo de nuevos problemas, y concluyendo en el marco de lo anterior lo que requiere una disciplina en el siglo XXI es:
• Corresponder a la problemática propia de la disciplina, expresarse en sus lenguajes, obedecer a sus reglas de producción y comunicación del conocimiento.
• Constituir en resultado original y significativo para la comunidad. La novedad disciplinaria debe cumplir entonces, con las condiciones de pertinencia academia y de originalidad.
La fundamentación epistemología en una profesión como tal en nuestro caso en la comunicación social según el contexto universitario donde nos desarrollamos se enmarca desde la perspectiva misionaria que nos propone un enfoque de paz en medio de una sociedad que requiere mediaciones y procesos del mismos cuya formar comunicadores sociales sujetos activos de la historia, comprometidos con la realidad nacional, la verdad y la justicia que, a través de su intervención profesional, contribuyan a la construcción y fortalecimiento de espacios participativos de diálogo, concertación
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