La proximidad en un mundo urbano
Enviado por Jhonny Parra • 4 de Marzo de 2017 • Ensayo • 2.735 Palabras (11 Páginas) • 284 Visitas
Reseña
Edward Glaeser, profesor de economía de Harvard, se deleita en las ciudades. Ama las fuerzas históricas, culturales y económicas que se intersecan para crear ciudades, ama lo que las hace fracasar o triunfar y ama el intercambio colaborativo de ideas y energía que sólo las ciudades pueden brindar. Su amplio enfoque anecdótico presenta grandes historias ilustrativas y resonantes hechos supuestamente ciertos, para sustentar su idea principal: las ciudades son más saludables para la gente, la economía y el medio ambiente que otros modos de vida. Su estilo episódico y anecdótico oscurece y, a la vez, revela la intención de su obra: la historia evocadora que descubre prueba mejor sus teorías que sus intentos por exponer llanamente sus conceptos. getAbstract recomienda su bienvenida síntesis de ideas sobre las ciudades a quienes vivan en una, estén considerando vivir en una o juren que nunca jamás vivirían en una.
En este resumen usted aprenderá
Cómo las ciudades propician la colaboración
Qué factores determinan la base de una ciudad exitosa
Por qué las ciudades son mejores para el medio ambiente
Ideas fundamentales
“Las ideas se propagan fácilmente en un medio ambiente denso”. Ésa es una de las principales ventajas de la vida urbana.
Las ciudades prosperan cuando contienen numerosas empresas y residentes con diversas habilidades.
Para triunfar, las ciudades deben suministrar agua potable y desechar de la basura.
Las ciudades son ecológicamente más saludables que los suburbios, las zonas prósperas de las afueras o las zonas rurales.
Los neoyorquinos usan menos gasolina per cápita que los habitantes de cualesquier otra ciudad estadounidense.
La densidad es un factor crucial en el uso de gasolina. Más kilómetros de carreteras siempre conllevan más autos.
La temperatura media de enero es un factor importante de la decadencia o expansión de una ciudad de EE.UU.
Compare la vida de los urbanos pobres, no con la vida de los urbanos ricos, sino con la vida de los rurales pobres.
La delincuencia urbana es predominantemente de los pobres que roban a los pobres.
El mundo virtual nunca reemplazará los beneficios del contacto cara a cara.
La proximidad en un mundo urbano
Usted vive en un mundo urbano. De hecho, más del 50% de la gente vive en ciudades. La vida urbana puede ser dura, pero se sostiene porque el espacio urbano es necesario, satisfactorio y eficaz. La gente acude en masa en busca de las oportunidades financieras y culturales de las ciudades. Pese a la expansión de las zonas prósperas de las afueras y los mitos de la vida en casitas de campo, 243 millones de estadounidenses viven en entornos urbanos, que son sólo el 3% del territorio de ese país.
“La fortaleza producto de la colaboración humana es la verdad central del éxito de la civilización y la razón primordial de que existan las ciudades”.
El puerto de Nueva York hizo de esa área un centro de transporte natural. Su fortuna decayó cuando las importaciones y exportaciones se desplazaron a otros centros urbanos portuarios y ferroviarios. Nueva York se transformó como ciudad manufacturera y, cuando la manufactura fue más barata en otras partes, volvió a transformarse: es la capital de la información y prueba de un componente predominante de una ciudad exitosa, ya que acerca diversas culturas e ideas lo suficiente para que colaboren. Nueva York “presenta ... la paradoja central de las metrópolis modernas: la proximidad es incluso más valiosa ahora que ha caído el costo de la conexión a larga distancia”.
“La densidad urbana puede crear maravillas, pero también tiene un precio”.
Las ciudades funcionan; acercan a personas y empresas; ofrecen “proximidad, densidad y cercanía”. El ingreso del trabajador urbano en EE.UU. supera el del rural en 30%, y los trabajadores en grandes ciudades son 50% “más productivos” que en ciudades pequeñas o zonas rurales. El creciente número de gente que viaja diariamente fuera de la ciudad muestra que hay ventajas urbanas más allá del trabajo, y que vivir en la ciudad ofrece tales beneficios que es mejor viajar a un empleo fuera de ella.
“Toda ciudad, por pequeña que sea, de hecho está dividida en dos: la ciudad de los pobres y la ciudad de los ricos”.
El transporte
El método de transporte da identidad a las ciudades. En las ciudades con murallas antiguas (como Florencia o Jerusalén), las estrechas y sinuosas calles significan que los ciudadanos deben caminar, por lo que en esas callejuelas hay innumerables tiendas de menudeo. En la hacinada Hong Kong, los residentes viven y trabajan unos encima de otros. Los habitantes de las extensas Houston y Atlanta deben ir en auto a todas partes, pero todo ese recorrido no cambia un hecho crucial: el entorno urbano es más sano para el planeta. Los neoyorquinos usan menos gasolina per cápita que en otras ciudades estadounidenses.
“Incluso cuando se las compara con la pobreza urbana más extrema, las condiciones de las áreas rurales son generalmente peores”.
Las ciudades enseñan valiosas lecciones: primero, debe desalentarse la propiedad de la vivienda con deducción fiscal por hipotecas y su enorme gasto de energía. Los pueblos no son más eficaces ni propicios para la salud que las ciudades. Las comunicaciones electrónicas no pueden reemplazar la interacción cara a cara y nunca lo harán. Las ciudades prosperaron primero como umbrales de transferencia entre distintos modos de vida. Piense en Constantinopla, ahora Estambul, en la encrucijada de Europa y Asia, y considere toda la energía e ideas intercambiadas por personas que nunca soñaron con conocerse. Independientemente de cómo avance la tecnología, las personas necesitan el entusiasmo y la inspiración del contacto: un comentario escuchado casualmente en una cafetería, una reunión de almas gemelas para leer un libro, una ovación común en un partido de fútbol; el mundo virtual no puede reproducir esas interacciones. Las zonas prósperas de las afueras y los suburbios son manantiales de enajenación bien conocidos: la dependencia del auto separa a los vecinos, pero codearse en el subterráneo o caminar entre la mezcla de ricos y pobres por la acera de una gran ciudad inspira ideas.
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