La verdad sobre el Armagedón
Enviado por Jmmm075 • 14 de Noviembre de 2020 • Ensayo • 2.036 Palabras (9 Páginas) • 153 Visitas
Núm. 3: * La verdad sobre el Armagedón (it-1 pág. 1086; it-2 págs. 1155, 1156) (5 min.)
PAPA: En nuestra noche de adoración en familia vamos a analizar un tema que inquieta a mucha gente: el Armagedón. Veo que todos traen notas de su investigación personal, así que vamos a sacar mucho provecho para poder ayudar a otros. Primero, ¿en qué piensan muchos cuando escuchan la palabra Armagedón?
MAMA: Es probable que les vengan a la mente imágenes de un desastre nuclear. Otros ven esta palabra como sinónimo de una catástrofe natural.
PAPA: Así es, la mayoría opina que independientemente de por qué medio sea, el mundo se acabará por completo en el Armagedón. De manera que muchos viven atemorizados. Pero vamos a analizar la verdad sobre el Armagedón. De acuerdo a lo que investigaron, ¿de dónde surge la palabra Armagedón y que significa?
HIJO: En la biblioteca en línea encontré que la palabra hebrea Har–Magedón significa literalmente “Montaña de Meguidó”. Aunque nunca hubo ninguna montaña con ese nombre, sí existe un lugar llamado Meguidó. Se halla en un cruce estratégico de caminos en el noroeste de la zona que habitaba la antigua nación de Israel. Cerca de allí se pelearon muchas batallas decisivas, y por ello el nombre Meguidó llegó a relacionarse con la guerra.
PAPA: Muy bien, en ese lugar se pelearon muchas batallas. Por lo tanto, la palabra Har–Magedón, o Armagedón, tiene gran importancia simbólica. Dicho término se relaciona con un enfrentamiento entre dos fuerzas poderosas.
MAMA: Yo encontré en el tomo uno del perspicacia que este nombre guarda relación directa con “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. El término aplica específicamente a la condición, o situación, a la que se reúne a “los reyes de toda la tierra habitada” en oposición a Jehová y su Reino dirigido por Cristo. Y se citaba Revelación 16:14, 16.
PAPA: Vamos a leer ese texto. ¿Lo quieres leer hijo?
HIJO: Sí, dice: 14 Son, de hecho, expresiones inspiradas por demonios, y ejecutan señales, y salen a los reyes de toda la tierra habitada, para reunirlos a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso 16 Y los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Har–Magedón.
PAPA: De manera que la profecía bíblica indica que muy pronto Satanás y sus demonios incitarán a los gobiernos humanos a reunir a sus ejércitos para atacar al pueblo de Dios. Este ataque tendrá como resultado que millones de personas mueran cuando Dios derrote a sus enemigos. Pero la tierra no será destruida como muchos piensan y habrá sobrevivientes. La Biblia también enseña que Jehová participará. ¿Por qué lo hará?
MAMA: Jehová pide a sus siervos que sean pacíficos y amen a sus enemigos. Por eso, cuando los ataquen despiadadamente, no tomaran las armas para defenderse. Y si Dios no interviniera para impedir que los eliminaran, parecería que no es amoroso, no es justo o no tiene poder.
PAPA: Diversos relatos bíblicos nos recuerdan que en el pasado no se quedó de brazos cruzados cuando atacaban a su pueblo. Así que él nunca abandonará a sus siervos. De modo que el nombre de Dios —es decir, su reputación estará en juego. Quiero leer para ustedes lo que dice Salmo 37:28, 29: Porque Jehová es amador de la justicia, y no dejará a los que le son leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados; pero en cuanto a la prole de los inicuos, está en verdad será cortada. 29 Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.
PAPA: Algo más que debemos resaltar es que como Dios no quiere destruir a nadie, ha dado advertencia de lo que hará. Lo dice en 2 Pedro 3:9. ¿Quién lo lee?
HIJO: Yo. Dice: Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento .
PAPA: ¿Por qué crees que este texto puede sernos útil en el servicio del campo?
HIJO: Pues puede librar a las personas de temores innecesarios, hacer que vea el futuro con optimismo e influir en lo que piensa sobre Dios.
Har-Magedón
(del heb., significa: “Montaña de Meguidó”).
Este nombre guarda relación directa con “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. El término aplica específicamente a la condición, o situación, a la que se reúne a “los reyes de toda la tierra habitada” en oposición a Jehová y su Reino dirigido por Cristo. En muchas versiones se traduce “Armagedón”. (Rev 16:14, 16; BAS, FS, HAR, LT, Mod, NVI, TNV, Val, Vi, VP.)
No parece que ni en la Tierra Prometida ni fuera de ella haya habido algún lugar literal llamado “Montaña de Meguidó” antes o durante los días del apóstol Juan, quien registró la visión. De modo que el significado de Har–Magedón debe deducirse de los acontecimientos que hicieron famosa a la antigua ciudad de Meguidó.
Meguidó estaba situada a unos cuantos kilómetros al SE. del monte Carmelo, y desde allí se dominaba la llanura de Esdrelón (Jezreel) y se controlaban las importantes rutas comerciales y militares que iban de N. a S. y de E. a O. Josué fue el primero que conquistó esta ciudad cananea. (Jos 12:7, 8, 21.) Tiempo después, se destruyó cerca de allí al ejército de Jabín bajo el mando de Sísara, debido a que Jehová utilizó las fuerzas naturales para apoyar al ejército israelita que mandaba Barac. El registro dice: “Barac vino descendiendo del monte Tabor con diez mil hombres en pos de él. Y Jehová empezó a poner en confusión a Sísara y todos sus carros de guerra y todo el campamento a filo de espada delante de Barac. Por fin Sísara se bajó del carro y echó a huir a pie. Y Barac corrió tras los carros de guerra y el campamento hasta Haróset de las naciones, de modo que todo el campamento de Sísara cayó a filo de espada. No quedó ni siquiera uno”. (Jue 4:14-16.)
Después de la victoria, Barac y la profetisa Débora prorrumpieron en un canto que en parte decía: “Reyes vinieron, pelearon; fue entonces cuando los reyes de Canaán pelearon en Taanac junto a las aguas de Meguidó. Ninguna ganancia de plata tomaron. Desde el cielo pelearon las estrellas, sí, desde sus órbitas pelearon contra Sísara. El torrente de Cisón los arrolló, el torrente de la antigüedad, el torrente de Cisón. Fuiste hollando fuerza, oh alma mía. Fue entonces cuando los cascos de los caballos piafaban a causa de arranque tras arranque de sus fuertes corceles”. (Jue 5:19-22.)
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