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Las Musas


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  340 Palabras (2 Páginas)  •  335 Visitas

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Las Musas - o la Musa, porque son una y varias a la vez- son hijas de Zeus y de Mnemosine. El mito memora que

cuando Zeus hubo vencido a los Titanes, consultados los restantes dioses sobre si faltaba algo, habrían respondido

que era menester la presencia de seres que con sus cantos celebraran la gloria imperecedera de Zeus: fue entonces

cuando surgieron las Musas y surgieron precisamente de la unión de Zeus y Mnemosine, quien, en cierto modo,

representa la memoria de la victoria de Zeus.

En cuanto a la interpretación de la palabra "musa", O.Bie sugiere que es una abstracción. Tal abstracción - según Biese

daría en tres direcciones diferentes: 1) un sentido personificado: musa pensada como divinidad; 2) un sentido

concreto u objetivo: "canto, poesía, música", es decir, composición musical o poética, y 3) un sentido abstracto o

subjetivo, entendido como "inspiración, entusiasmo, facultad poética".

Los primeros testimonios literarios vinculados con su culto pueden rastrearse en la Ilíada de Homero. En dicha

epopeya, las Musas se invocan en el Proemio: "Canta, oh Musa, la cólera del pélida Aquiles". Vemos, pues, que es la

Musa quien verdaderamente canta y que el poeta es sólo un "oyente" de ese efluvio divino.

Pero es en la Teogonía de HesÌodo donde se explica la naturaleza divina de las Musas, su filiación, su función y de

qué modo lo inspiraron: "Son ellas quienes un día a HesÌodo enseñaron un bello canto cuando él apacentaba sus

rebaños al pie del divino Helicón. Y he aquí las primeras palabras que me dirigieron las diosas, Musas del Olimpo,

hijas de Zeus que tiene la égida: 'Pastores de los campos, tristes oprobios de la Tierra que no sois más que vientres!

Nosotras sabemos contar mentiras que parecen verdades, pero también sabemos - cuando lo queremos- proclamar

verdades'. Así hablaron las hijas verdaderas del gran Zeus y, por bastón, me ofrecieron una vara soberbia de olivo

floreciente; después me inspiraron acentos divinos para que glorificara lo que será, lo que fue, mientras me ordenaban

celebrar la raza de los bienaventurados siempre vivientes, y a ellas mismas, al principio y al final de cada uno de mis

cantos”.

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