Libro nunca renuncies a tus sueños
Enviado por Princesa_24 • 7 de Abril de 2017 • Resumen • 2.111 Palabras (9 Páginas) • 574 Visitas
Introducción
Los sueños abren las ventanas de la inteligencia.
¿Quién puede descifrar al ser humano?
Los sueños son como el viento: lo sientes, pero no sabes de donde viene ni a donde va. Inspiran al poeta, alientan al escritor, apasionan al estudiante, abren la inteligencia del científico, dan osadía al líder. Nacen como flores en los campos del intelecto y crecen en los valles secretos de la mente humana, un lugar que pocos exploran y comprenden.
Hay dos tipos de sueños. Los sueños que tenemos cuando dormimos, y los que producimos cuando estamos despiertos, viviendo las batallas de la existencia, sintiendo la vida que palpita en nuestra cotidianidad.
Los sueños infunden sentido a la existencia, si los tuyos son frágiles tu comida no tendrá sabor, tus primaveras no tendrán flores, tus mañanas no tendrán rocío, tu emoción no tendrá romances.
La presencia de los sueños convierte a los mendigos en reyes, y la falta de sueños transforma a los millonarios en mendigos. Los sueños hacen a los viejos jóvenes y la ausencia de ellos hacen viejos a los jóvenes.
La manera en que nos enfrentamos a los rechazos, las decepciones, los errores, las perdidas, los sentimientos de culpa, los conflictos en las relaciones, las críticas y las crisis profesionales, pueden generar madurez o angustia, seguridad o traumas, lideres o víctimas.
La complejidad de la mente humana nos lleva a transformar una mariposa en un dinosaurio, una decepción en un desastre emocional, un espacio cerrado en un cubículo sin aire, un síntoma físico en un augurio de muerte, un fracaso en un motivo de vergüenza.
En el teatro de nuestra mente tienen cabida todos los extremos: el drama y la sátira, el pánico y la sonrisa, la fuerza y la fragilidad.
Somos tan creativos que, cuando no tenemos problemas los inventamos.
Ser complicado no es un privilegio de una persona, de un pueblo, de un grupo social, de una franja de edad. Adultos y niños, psiquiatras y pacientes, intelectuales y alumnos son complicados, tienen momentos en los que se irritan por pequeñas cosas, sufren sin necesidad. Unos más, otros menos.
Los sueños no siempre están bien definidos y organizados en el teatro de la mente. A veces nacen como pequeños trazos, simples bosquejos, ideas vagas que se van dibujando y tomando forma a lo largo de la vida. Todos los grandes cambios de la humanidad en el campo social, político, emocional, científico, tecnológico y espiritual surgieron a causa de grandes sueños.
El que quiera alcanzar la excelencia en sus estudios, en sus relaciones afectivas y en su profesión debe también tener creatividad para ser un soñador, y coraje para ser un emprendedor. Estos dos pilares contribuyen a formar el carácter de un líder.
EL MAYOR VENDEDOR DE SUEÑOS DE LA HISTORIA
Pequeños momentos que cambian una historia.
Hay pequeños detalles que pueden cambiar la vida. Un marido le dio un beso a su esposa y le dijo que estaba guapa. Hacía tiempo que no lo hacía.
La había herido sin darse cuenta. Su pequeño gesto modifico una ventana de la memoria de la esposa en la que había una pena oculta. Volvió la alegría.
Durante toda la vida necesitamos afecto y amabilidad (Platón, La republica o El estado).
Los que desprecian los pequeños acontecimientos nunca harán grandes descubrimientos. Los pequeños momentos cambian grandes derroteros.
Eso fue lo que sucedió hace muchos siglos en la vida de unos jóvenes que Vivian cerca de la playa de un país explotado y castigado por el hambre.
Pequeños momentos cambiaron la manera de pensar de la existencia. El mundo nunca volvió a ser lo mismo.
La personalidad construida sobre el romper de las olas.
Unos niños crecieron corriendo por la arena.
Así era la vida de aquellos jóvenes. Sus abuelos habían sido pescadores, así como sus padres y también ellos eran pescadores y morirían pescadores, su historia ya estaba determinada. ¿Y sus sueños?
Por la mente de esos jóvenes no pasaban inquietudes sobe los misterios de la vida. La falta de cultura y la batalla por la supervivencia no los estimulaba a grandes vuelos intelectuales. Para ellos, vivir era un fenómeno común, no una aventura indescifrable.
Parecía que nada iba a cambiar su destino, hasta que apareció en su camino el mayor vendedor de sueños.
Una invitación perturbadora
Por aquellas comarcas, algo nuevo rompió la monotonía. Había un hombre que había vivido durante treinta años en el desierto.
Estaba obsesionado con la idea que era precursor del hombre más importante que jamás habría de pisar la tierra.
De repente, el calor del atardecer, cuando los ojos confundían las imágenes en el horizonte, se acercó directamente un hombre sencillo, de origen pobre.
Intentaba abrirse pase entre la multitud. Tocaba a las personas con su suavidad, pedía permiso y poco a poco iba avanzando.
La muchedumbre se sintió confundida y decepcionada, ya que la imagen les había chocado, esperaban, al menos, que sus oídos se deleitaran con el más maravilloso discurso.
UN SOÑADOR QUE COLECCIONABA DERROTAS
Un ser humano puede ser rico aunque no posee dinero sin tiene a su lado personas que lo aman, pero si la soledad es su compañera, puede sentirse desdichado aunque sea millonario.
El mundo de los libros da alas a la inteligencia, y el que logra descubrirlo vuela más lejos. Cierta vez, por no disponer de recursos económicos, A, L se atrevió a pedir libros prestados a vecinos y amigos. Le daba un poco de vergüenza, pero no temía recibir un no por respuesta. Lo que temía era no aprender.
El mecanismo es el siguiente: el fracaso es recordado continuamente, generando reacciones emocionales dolorosas e ideas negativas que bloquean la libertad de pensar, de elaborar nuevos planes, de creer en el propio potencia. La derrota no superada aplasta los sueños y anula el coraje.
Cuando una persona padece el síndrome de pánico, al abrirse su ventana killer tiene la sensación súbita de que va a morirse o a desmayarse, aunque goce de excelente salud, cuando una persona tiene fobia al hablar en público, al abrirse, su ventana killer bloquea su inteligencia, no logra encontrar, los archivos de su memoria que sustentan su razonamiento, no coordina sus ideas.
Cada vez que perdamos el control de nuestras reacciones somos víctimas de esas ventanas, Actuamos por instinto y no como sapiens, sabio es el que tiene el coraje de identificar sus locuras y procura superarlas, No esconde su irracionalidad, sino que, por lo contrario, la trata. Muchas personas impulsivas hieren durante toda la vida a sus seres más cercanos porque nunca asumieron su ansiedad, somos muy
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