Libros Ilustrados - Libros Album
Enviado por Fiorellat • 24 de Octubre de 2012 • 1.475 Palabras (6 Páginas) • 644 Visitas
ILUSTRADORES E ILUSTRACIONES
Los libros para los niños de nuestra época están profundamente ilustrados; la experiencia y el desarrollo de la psicología nos han enseñado que la imagen desempeña un papel fundamental en la educación.
Los niños eran considerados hasta hace dos siglos “adultos en miniatura”, y los libros que les estaban destinados no incluían ilustraciones especificas. Solía encontrarse en ellos portadas, frontispicios, viñetas o letras capitulase decoradas.
Si, hubo libros para adultos con imágenes, en los siglos XVII y XVIII.
LAS ILUSTRACIONES EN EL SIGLO XIX
El desarrollo de la escolarización impulsado por la Revolución Francesa, la revolución industrial y la expansión económica modifico el horizonte cultural de muchos pueblos.
Todos estos factores permiten comprender ese gran impulso educativo que caracterizo el segundo tercio del siglo XIX.
Esta situación compleja quedo reflejada en la ilustración de los libros populares e infantiles.
El proceso de alfabetización y de escolarización acarreo hasta en los estratos más incultos de las masas populares un movimiento de curiosidad y también de inquietud. El pueblo se daba cuenta de que abandonaba un cierto tipo de cultura (de trasmisión oral) y que se orientaba hacia otro tipo de cultura (de trasmisión escrita).
Los relatos tradicionales e innovadores de Perrault, que se trasmitían de boca en boca desde antes de 1700, ahora se “veían” ilustrados por el pintor Gustavo Doré.
La imaginería, en lugar de retroceder, se desarrolló en ese período: porque aparecen las “historias en imágenes”.
La necesidad de dirigirse a un número mayor de lectores y también de poner en práctica las nuevas técnicas que permitían grandes tiradas, impusieron a los artistas, nuevas exigencias. Algunos de ellos, como Daumier o Doré tuvieron el ingenio de llevar al público imágenes a la vez más ricas en sentido y fácilmente comprensibles.
RELACION NIÑO-ILUSTRACION (Silvia Castrillón)
La ilustración como el texto es un elemento de la comunicación.
La historia de la información del pensamiento en la humanidad y la de la construcción del pensamiento en el niño tienen mucho en común (Piaget). En ambas historias la imagen aparece antes que la escritura.
Cuando un niño mira imágenes y comienza a identificar los objetos representados en ellas, realiza una actividad mental muy elaborada, puesto que no está en presencia del objeto real sino de du representación. Reconocer los objetos sobre la imagen y nombrarlos es poder apropiárselos y controlarlos. Esto permite al niño formar conceptos, hacer generalizaciones, establecer relaciones y su conquista le ofrece un profundo placer.
Esta primera lectura, en donde el niño identifica un objeto, está seguida de una segunda lectura en la que el niño se identifica a si mismo, se reconoce y se implica afectivamente con el personaje que representa la imagen. (Las imágenes cuentan una historia que el niño puede seguir).
Acceder a la lectura de imágenes y al reconocimiento de una historia, es un proceso que se puede acelerar y enriquecer en la medida en que el niño esté en contacto, desde su más tierna edad, con libros de imágenes fijas, o que le relaten historias.
La lectura de la imagen en los niños es una lectura de carácter sicológico: con esto no se quiere exigir a los ilustradores que sean sicólogos: se les pide que las características dadas a los personajes, sean las de la infancia. Los personajes son, a la vez, todos los niños y ningún niño.
En la identificación identificación del niño con el personaje, en su compromiso afectivo con lo que lee, radica el éxito de la comunicación.
El niño no espera que le muestres la realidad que podría ver con sus ojos. Al contrario, el niño rechaza estereotipos que se originan en esquemas sobre la niñez y la realidad, o que obedecen a un conjunto de ideas preconcebidas. La imagen debe permitir al niño ubicarse en su realidad, tomar distancia frente a ella para analizarla y criticarla, establecer relaciones y orientarse. El niño acepta las imágenes bien construidas, sólidas, producto de una gran capacidad de observación por parte del artista.
En resumen, el niño no quiere que lo encierren en su infancia, en la cual el adulto, inseguro, pretende mantenerlo sin permitirle acceder a la madurez.
RELACION AUTOR-ILUSTRADOR-EDITOR
El libro para niños es el producto de la combinación de un texto, una ilustración y una presentación, que comprende: diagramación, tipografía, papel y encuadernación.
El problema del equilibrio entre texto, ilustración y diseño de la obra es delicado. La ilustración no debe ir a contrapelo del texto: pero esto no significa que deba limitarse a reproducir mecánicamente lo comunicado por el texto, de una manera incidental, sin agregarle nada nuevo.
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