Los Tres Cerditos
Enviado por manu.snc • 27 de Octubre de 2013 • 1.610 Palabras (7 Páginas) • 459 Visitas
Hace mucho tiempo en el lugar más remoto de Cerdopolis, vivía un viejo científico loco en compañía de su fiel ayudante Carmelo el lobo. Este científico durante muchos años se había dedicado a realizar pequeños experimentos con su fiel ayudante, pero después de tanto se dio cuenta de que a pesar de tener una vida tan ocupada, necesitaba llenarla de más compañía, y así tomó la decisión de crear a una pequeña cerdita con las cualidades que él creía perfectas. Por otro lado, Carmelo decía que era una estupidez por parte del científico crear a un nuevo ser si él siempre lo había acompañado, pero aunque el lobo pensara de tal manera, el científico no cambió su parecer y esto hizo que Carmelo empezará a sentir celos.
Para empezar a ejecutar su experimento, el científico le ordenó a Carmelo ir al centro de Cerdolopolis en busca de tres ingredientes: azúcar, flores y muchos colores, y aunque él no estaba de acuerdo con ello, fue y cumplió con la orden.
Al paso de dos días, Carmelo iba camino al laboratorio con los tres ingredientes, pero se le atravesó un corre caminos el cual hizo que los ingredientes se cayeran y uno de ellos se combinara con otro. Carmelo sin prestarles mucha importancia, los recogió del suelo y siguió su camino. Mientras tanto, en el laboratorio, estaba el científico ansioso esperando a Carmelo con la mayor de las intrigas por saber cómo le había ido en su misión de conseguir la receta. Al instante que Carmelo llegó al laboratorio, el científico salió de inmediato, el lobo le entregó los ingredientes y se fue en busca de su hoguera para empezar de una buena vez la creación.
El científico verificó que fueran los ingredientes correctos y efectivamente eran, así que prendió leña y puso la hoguera a hervir con un poco de agua, y hervida el agua, empezó a echar el azúcar, después echó las flores y por último los colores. Mientras el científico revolvía la mezcla, empezó a notar algo extraño en ella, pero sin más preámbulos, la dejó reposar hasta el día siguiente y se fue a dormir.
El lobo Carmelo que estuvo en el procedimiento, miraba la mezcla con ojos de odio, ya que el pobre ayudante presentía que el científico lo iba a abandonar una vez que esa receta tomara vida, y él, que había sido su fiel compañía por tantos años, ya no sería más que un estorbo. Así, fue como Carmelo tomó la decisión de alejarse del laboratorio y refugiarse en lo más profundo del bosque sin dejarle alguna razón al científico. Esa misma noche, el lobo tomó sus pertenencias y se marchó.
A la mañana siguiente, el científico despertó de un corto sueño y no esperó más para ver a la pequeña cerdita que tanto anheló. Al llegar al laboratorio, este viejo y loco científico se llevó una gran sorpresa, pues su creación no fue tan solo una cerdita, sino tres pequeñas cerditas, las cuales cuando lo vieron le dieron un gran abrazo como si lo conocieran de toda la vida, y esto hizo que el científico sin importar la falla de su invento, las anhelara más que nunca. En busca de respuestas, el científico se dio cuenta de que su fiel ayudante no andaba por ningún lugar del laboratorio ni cerca de él, lo cual lo intrigó, pero pronto se le olvidó en cuanto volvió con sus nuevas compañías.
Aunque las tres cerditas apenas habían emergido de la mezcla, cada una se le presentó al científico, lo cual lo sorprendió mucho ya que eran más inteligentes de lo que él esperaba. Una de ellas se llama Anabel, le gustan mucho los dulces y el color rosa; otra se llama Fita, le encanta la naturaleza y las aventuras; por último estaba Carmen, que moría por las peleas medievales. El científico se les presento a ellas y les dijo el porqué de su existencia sin que se lo preguntaran. Un tiempo después de que se conociera el con ellas, llegaron a la conclusión que el espacio del laboratorio era bastante pequeño para que los cuatro vivieran allí, pero Fita tuvo la brillante idea de que cada una tuviera su propia casa al lado del laboratorio, y tanto el científico como sus dos hermanas estuvieron de acuerdo.
Al otro día, las tres cerditas entusiasmadas se fueron en busca de materiales para construir sus casas, pero el científico les propuso que él se encargaría de la construcción, y aunque sonaba bastante bien para ellas, rechazaron su propuesta. Anabel les dijo a sus hermanas que fueran a un almacén del centro para conseguir los materiales, pero Fita prefirió el bosque. En el camino, las tres pequeñas hicieron grandes conocidos,
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