Lázaro, el pícaro en medio de sus amos

Lázaro el pícaro en medio de sus amos

El Lazarillo de Tormes es una novela picaresca anónima, la primera edición se publicó en 1554 bajo el título de “La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades”. Del mismo modo, a esta novela se le atribuyeron diversos autores, uno de ellos es Diego Hurtado de Mendoza, un reconocido historiador, poeta y diplomático de la corte de Carlos I del siglo xvi. El contexto social de esa época en España se caracterizaba por el sistema económico mercantilista, lo cual se refleja en la novela a través de los personajes, puesto que ellos buscaban tener riquezas para poder ascender a nivel social. Asimismo, en la novela se puede distinguir que los personajes secundarios influyen en la evolución picaresca del protagonista. En consecuencia, Lázaro se volvió pícaro como método de autodefensa al recibir un mal trato por la mayoría de sus amos.

Un factor importante para la evolución picaresca del protagonista es la contribución del ciego en la creación de la astucia en Lázaro, ya que lo trataba con desprecio, lo azotaba y no le daba de comer. Por esa razón, Lázaro despierta un sentimiento de rencor hacia su primer amo, hasta el punto de llegar a robarle comida para que pueda sobrevivir, aprovechándose de la discapacidad de su amo. Además, menciona que “yo fui por el vino, con el cual no tardé en despachar la longaniza” (Anónimo, 2015, p.27). Desde entonces, Lázaro desarrolló su astucia para cubrir sus necesidades y se aprovechó de la confianza que le brindó su amo para vengar el mal trato que recibía. De modo que hirió al ciego en su cabeza y no sintió preocupación por él, lo cual generó en Lázaro un sentimiento de indiferencia y desconfianza, en efecto, implicó el inicio de su vida como pícaro.

Por otro lado, el abandono por parte de Lázaro hacia sus amos se convierte en un hábito que se desarrolla a lo largo de la novela a causa de la astucia que maduró Lázaro como método de supervivencia. De manera análoga, Lázaro creó la costumbre de hurtar los alimentos de sus amos cuando ellos no lo alimentaban. Sin embargo, existe una justificación, en donde talla la necesidad que este sentía. Así como Lázaro lo menciona cuando sirvió al clérigo, un personaje que representa a la religión española de esa época, “pensando como me podía valer y aprovecharme del arcaz” (Anónimo, 2015, p. 41).  De ahí se despertó un sentimiento de egoísmo por parte de Lázaro, y como él creía que su segundo amo le era indiferente, optó por abandonarlo. De tal forma que esa acción repercutió en los demás tratados de la novela con la mayoría de sus amos, debido a que no cumplían con las expectativas de Lázaro, teniendo en cuenta de que el protagonista era un ser paupérrimo, se puede rescatar que solo servía a sus amos por interés con el fin de ascender en la escala social, de esta manera fue evolucionando como pícaro.

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