MARIANELA

MARIANELA

Benito Pérez Galdós

La historia comienza cuando Teodoro Golfín un médico que llega a las minas de Socartes a visitar a su hermano Carlos Golfín, ingeniero encargado de las minas, se pierde en el camino, ya que él decide ir a pie hasta las oficinas de las minas, pero este se pierde al seguir las indicaciones de las personas que se encuentra en su camino que le decían “Adelante, Siempre Adelante” y el así lo hizo. Ya empezaba a oscurecer cuando él se encontraba perdido, cuando de repente escucha una voz cantando muy agradable, el comienza a caminar hacia donde se escuchaba ese canto, pero de repente se dejo de escuchar. Después el siguió con su camino y en eso vio a un joven al cual le pregunto que donde estaban las minas de Socartes, a lo cual él le contesto que ya estaba cerca y se ofreció a guiarlo. Ya andando en el camino él empezó a platicar con Pablo y a preguntarle cosas sobre su vida, ya casi llegando a las oficinas Teodoro se da cuenta que el joven es ciego y le pregunta que si su ceguera es de nacimiento él le contesto que sí, pero que el conozco el mundo gracias a Nela o “Nelilla” como él le decía. Ya estando en la entrada de ese pequeño pueblo él se encuentra con Nela, y le pide a ella que acompañe al médico a las oficinas, porque ya era noche y si su padre se daba cuenta que no estaba en la casa se enojaría. Camino a las oficinas Teodoro hace una clase de interrogatorio a Marianela, donde él se entera que ella es huérfana, que su padre murió en cama y su madre en una ocasión tomo mucha agua ardiente y cayó a un ollo muy profundo que se encontraba en el pueblo. Aquel médico curioso también supo que Nela vivía con la familia Centeno. Nela cumplió con lo que Pablo le había pedido, dejo a Teodoro Golfín afuera de las oficinas. Ella en eso emprendió su camino hacia su morada, la casa de los Centeno, en la cual se la pasaba viviendo en canastas que hacia Tanasio el hijo mayor, era muy fácil de que ella cupiera en ya que era muy menudita, no tan agraciada y muy pocos atributos. Celipín el hijo menor de la familia era el único que se interesaba por Nela, el le contaba a ella todas las aspiraciones que tenia, porque él no quería ser como los de su familia, mediocres y conformistas, su propósito era ahorrar dinero salir de esas minas, viajar a la ciudad y convertirse en médico.

Ya es el amanecer del día siguiente, Marianela y Pablo salen a caminar al campo como siempre lo hacían. El joven llego con un chocolate, unas nueces y un dulce, que según el eran un tesoro que le hacía falta en su vida con los Centeno. Nela le explicaba como ella era tan feliz cuando se encontraba con él, pero por las noches que estaba con los Centeno era muy infeliz. También le explica supersticiosamente las cosas de la naturaleza y le dice que las estrellas son almas salvas que bajan del cielo a revelar secretos a los humanos, y Pablo le dice que él le pedirá a su padre que la enseñe a escribir y leer para que exprese sus sentimientos. Después ellos se sientan en el bosque donde alcanzan a ver un poco de mar, en ese momento Pablo le confiesa a Nela que está enamorado de ella, pero no le cree porque dice que es fea. Después ellos regresan a casa y se encuentran al padre de Pablo, Francisco junto con Teodoro. Pablo comparte la alegría que siente al saber que tiene esperanzas de volver a ver.

Golfín, Sofía su cuñada y Carlos su hermano se encuentra en casa donde platican de las obras de caridad a los pobres que hace su cuñada, pero Golfín le reprocha como es

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