MEDICO DE CUERPOS Y ALMAS. (INTRODUCCION)
Enviado por thequeenkaram • 4 de Enero de 2015 • 1.016 Palabras (5 Páginas) • 251 Visitas
MEDICO DE CUERPOS Y ALMAS. (INTRODUCCION)
Lucano o Lucas, el gran apóstol.
Fue el único apóstol que no era judío. Nunca vio a Cristo. Todo
cuanto está escrito en su elocuente aunque mesurado Evangelio lo supo
de oídas, por testigos de Cristo, de su Madre, de los discípulos y de los
apóstoles. Su primera visita a Jerusalén tuvo lugar un año después de la
Crucifixión. Y sin embargo fue uno de los apóstoles más importantes. Al
igual que Saulo de Tarso, conocido más tarde por Pablo, el Apóstol de
los Gentiles, creyó que Nuestro Señor había venido no sólo para los judíos
sino también para los Gentiles. Tenía mucho en común con Pablo, por
que Pablo tampoco había visto nunca a Cristo. Cada uno de ellos recibió
una revelación individual. Los dos hombres tuvieron dificultades con los
primeros apóstoles porque éstos creyeron testarudamente y durante un
tiempo considerable que Nuestro Señor se encarnó y murió para salvar
sólo a los judíos y se mantuvieron en esta creencia incluso después de
Pentecostés.
Lucano era hijo de padres griegos. Al morir su padre, un general romano lo toma en custodia. Las influencias de su padrastro le permiten adentrarse en los círculos sociales más selectos del impero. De esta forma se educa con los mejores maestros de Alejandría, los cuales le transmiten el conocimiento, celosamente guardado por centurias, sobré el arte de sanar las enfermedades del cuerpo y sanar el alma. El emperador, Tiberio, al conocer sus excepcionales habilidades lo invita a ser médico de cabecera, lucano es testigo de la vida desaforada y epicúrea de la corte y decide decepcionado abandonar la capital del impero, Roma. En su búsqueda del más alto concepto, la verdad, escucha historias de un taumaturgo que se aposta en Judea, decide ir en su búsqueda. Lamentablemente no alcanzara a ver con vida. Ese tramaturgo es JESUS. Asesinado de la manera más atroz, el pueblo no le perdona a creencia de ser el mecías. LUCANO mejor conocido como SAN LUCAS empieza la búsqueda del hombre.
Lucano nunca estaba seguro de si sentía o no cariño por su padre.
Una cosa sí era cierta: que sentía lástima por él. Los hombres sencillos y sin pretensiones podían ser admirados. Los hombres sabios podían ser honrados. Pero su padre no era ni sencillo ni sabio.
Pero la madre de Lucano sonreía tan tierna y dulcemente cuando su esposo expresaba estos ridículos prejuicios, que su compasión anonadaba a su hijo.
Eneas alcanzaba su máxima estatura moral cuando, un poco antes de
la cena, ofrecía la acostumbrada libación a los dioses. Lucano le contemplaba entonces con una veneración inexpresable. La voz de su padre, suave, débil y fina por lo general, se hacía humilde
y vacilante. Sentía gratitud hacia los dioses porque le habían liberado,
porque habían hecho posible aquella pequeña y agradable casa, con sus jardines de palmeras, flores y árboles frutales, porque le habían
levantado del polvo y concedido autoridad sobre otros hombres. Pero el momento más solemne, para Lucano, era cuando Eneas llenaba de nuevo la copa de vino y con una reverencia incluso mayor, ofrecía el rojo líquido, lenta y cuidadosamente, con palabras de
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