MV - U1 - Actividad 1. Análisis Poético De Autumnal De Rubén Darío
Enviado por yadaga • 16 de Enero de 2014 • 575 Palabras (3 Páginas) • 2.309 Visitas
Instrucciones:
1. Revisa la información del curso referente al estudio de la métrica y de las características del modernismo en la poesía.
2. Lee detenidamente el poema Autumnal de Rubén Darío
3. Haz el cómputo silábico de las dos primeras estrofas del poema y apunta si se trata de versos de arte mayor o menor
4. Comenta 4 características modernistas que encuentres en el poema. No olvides agregar la parte del poema donde encuentras estas características.
5. Agrupa los puntos 2 y 3 en un texto o una presentación
6. Revisa el Medio de envío para identificar la sección donde debes colocar el producto de esta actividad.
7. MV-U1- Actividad 1. Análisis poético de Autumnal de Rubén Darío
Autumnal
En las pálidas tardes
yerran nubes tranquilas
en el azul; en las ardientes manos
se posan las cabezas pensativas.
¡Ah los suspiros! ¡Ah los dulces sueños!
¡Ah las tristezas íntimas!
¡Ah el polvo de oro que en el aire flota,
tras cuyas ondas trémulas se miran
los ojos tiernos y húmedos,
las bocas inundadas de sonrisas,
las crespas cabelleras
y los dedos de rosa que acarician!
En las pálidas tardes
me cuenta un hada amiga
las historias secretas
llenas de poesía:
lo que cantan los pájaros,
lo que llevan las brisas,
lo que vaga en las nieblas,
lo que sueñan las niñas.
Una vez sentí el ansia
de una sed infinita.
Dije al hada amorosa:
--Quiero en el alma mía
tener la aspiración honda, profunda,
inmensa: luz, calor, aroma, vida.
Ella me dijo: --¡Ven!-- con el acento
con que hablaría un arpa. En él había
un divino aroma de esperanza.
¡Oh sed del ideal!
Sobre la cima
de un monte, a medianoche,
me mostró las estrellas encendidas.
Era un jardín de oro
con pétalos de llama que titilan.
Exclamé: --¡Más!...
La aurora
vino después. La aurora sonreía,
con la luz en la frente,
como la joven tímida
que abre la reja, y la sorprenden luego
ciertas curiosas mágicas pupilas.
Y dije: --¡Más!... Sonriendo
la celeste hada amiga
prorrumpió: --¡Y bien! ¡Las flores!
Y las flores
estaban frescas, lindas,
empapadas de olor: la rosa virgen,
la blanca margarita,
la azucena gentil y las volúbiles
que cuelgan de la rama estremecida.
Y dije: --¡Más!...
El viento
arrastraba rumores, ecos, risas,
murmullos misteriosos, aleteos,
músicas nunca oídas.
El hada entonces me llevó hasta el velo
que
...